Es la primera vez que una potencia económica pone en tela de juicio
parámetros y actitudes de las principales calificadoras de deuda y crédito,
con las cuales ha entrado en polémica pública.
Luego de algunas críticas verbales, por parte funcionarios y dirigentes
nipones, Tokio ha enviado una carta a las tres agencias. Lo hizo a fines de
abril, pero su contenido recién trascendió este fin de semana,
al difundirse las respuestas de las calificadoras.
"Nos preguntamos por qué las tres firmas, con escasos matices,
dan por insostenible el nivel de nuestra deuda pública externa",
señala la misiva del ministerio de Hacienda. Ese monto está en
unos US$ 5,3 billones, 140% del PBI en 2001.
Las calificadores trazan un cuadro de persistente recesión, deflación
y extrema fragilidad del sistema financiero. A su juicio, Tokio deberá
renegociar el cronograma de pagos y vencimientos. Así opina el trío,
con Moody´s empleando un tono más acre que las otras dos. Quizá
porque Japón sostiene que sus dictámenes "no dan datos específicos
y carecen de fundamentos suficientes".
"En la actualidad -afirma Tokio-, 95% de los títulos de Tesorería
emitidos está colocados en el mercado interno y a tasas exiguas. En cuanto
al déficit fiscal orilla US$ 245.000 millones, pero se han ahorrado
323.000 millones en 2001.
Es la primera vez que una potencia económica pone en tela de juicio
parámetros y actitudes de las principales calificadoras de deuda y crédito,
con las cuales ha entrado en polémica pública.
Luego de algunas críticas verbales, por parte funcionarios y dirigentes
nipones, Tokio ha enviado una carta a las tres agencias. Lo hizo a fines de
abril, pero su contenido recién trascendió este fin de semana,
al difundirse las respuestas de las calificadoras.
"Nos preguntamos por qué las tres firmas, con escasos matices,
dan por insostenible el nivel de nuestra deuda pública externa",
señala la misiva del ministerio de Hacienda. Ese monto está en
unos US$ 5,3 billones, 140% del PBI en 2001.
Las calificadores trazan un cuadro de persistente recesión, deflación
y extrema fragilidad del sistema financiero. A su juicio, Tokio deberá
renegociar el cronograma de pagos y vencimientos. Así opina el trío,
con Moody´s empleando un tono más acre que las otras dos. Quizá
porque Japón sostiene que sus dictámenes "no dan datos específicos
y carecen de fundamentos suficientes".
"En la actualidad -afirma Tokio-, 95% de los títulos de Tesorería
emitidos está colocados en el mercado interno y a tasas exiguas. En cuanto
al déficit fiscal orilla US$ 245.000 millones, pero se han ahorrado
323.000 millones en 2001.