La semana abre con extremos e incertidumbres y sin explicaciones fiables. En Asia-Pacífico, Hong Kong se despachó con un derrumbe de 12,7%, acompañada por Tokio (-6,4%), Singapur (-8,3%), Seúl (-10%), Sidney (-5,8%) y Wellington (-5,2%). Indecisa, Europa occidental oscilaba entre –2,84% (DJ Europa 50), -0,8% (Londres) y +0,9% (Fráncfort). Con San Pablo cediendo 6,5%, Wall Street vivió una rueda de fuertes altibajos con cierre negativo.
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<p>Inspirados –creen algunos analistas- por los US$ 1,3 billones en papeles comerciales cortos (pagarés hasta y tres meses) del sector privado que se rescatarán con dinero de los contribuyentes, los paneles se mostraban en alza hasta una hora antes del final. Pero todo cedió al final: el Nasdaq compuesto perdió 2,97%, el Dow Jones 30 bajó 2,42% y el Standard&Poor’s 500 retrocedió 3,2%. O sea, dejaban bien parados a los “analistas apocalípticos”. </p>
<p>Hasta el momento, claro, predominan los pronósticos nefastos. Los augures –misma raíz que “gurú”- competen para ver cuál es el más pesimista. Así, el universitario Owen Lamont (Yale) señalaba que “ya no parece de locos prever un Dow Jones en 3.000 puntos o menos. Pero falta seriedad”. </p>
<p>Por cierto, con ese indicador saltando hasta mil puntos diarios en ambas direcciones, quien no yerre demasiado es Gardel. Profetas ominosos como Nouriel Roubini son seguidos por los medios desde que algunos anticipos negros se hicieron realidades. En cuanto a los vaivenes de este lunes en Wall Street, frustran una campaña de inyecciones optimistas para ayudar a la alicaída fórmula John McCain-Sarah Palin. Después de todo, la bolsa es republicana, aunque no genere rumores sobre una conspiración para eliminar a Barack Obama. </p>
<p>Aun en tiempos menos turbulentos, analistas y gurúes tienen incentivos para irse a los extremos. De ahí que hayan proliferado predicciones de un DJ a apenas 2.000, estimuladas por inversores o especuladores que pagan fortunas por asesoramientos a menudo equivocados. Aun en casos de gruesos errores, el casino pronto los olvida. “Nadie verifica grados de certitud, pues –afirma Lamont- el sistema propaga ignorancia y pésima orientación”. Por su parte –señala William Fleckenstein, operador del mercado monetario, “cualquiera que invierta partiendo de ese tipo de consejeros acabará perdiendo hasta la camisa”. </p>
<p>A su criterio, “la gente siempre extrapola hechos o tendencias existentes. Pero ¿cómo conocer de antemano su trayectoria futura? Cuando los mercados son tan inestables como en la actualidad, casi nadie se detiene a examinar los detalles”. </p>
<p>No obstante, florecen los arúspices proclives a evaluaciones apocalípticas. Peter Schiff (EuroPacific Capital) dictamina que la economía norteamericana es un desastre y los indicadores bursátiles podrían caer hasta 90% respecto de los niveles actuales”. Esto es, a un Dow Jones de 850 puntos. “La recesión –si no depresión- pulverizará las utilidades del sector privado y no hay salida a la vista”. Sin llegar a ese guarismo, el gurú no descarta un piso de 4.000/3.000 puntos. </p>
Hong Kong se hunde 12,7%, Wall Street pierde hasta 3,2% y hay gurúes felices
Algunos compiten con predicciones tremendistas (Dow Jones 30 perforando pisos de 3.000). Otros aprovechan la volatilidad y anuncian el fin de los sufrimientos cuando el panel alcance 8.000. Pero nadie tiene la bola de cristal.