Las empresas “ágiles” tienen el doble de posibilidades de lograr más rendimiento financiero que otras empresas del sector. Sus líderes se mueven rápido, adoptan la tecnología digital y desarrollan capacidad de cambio ágil.
Las empresas clasificadas como ágiles lograron un crecimiento del EBITDA de 16 % entre 2007 y 2017. Las empresas promedio, en cambio lograron 6 % y las catalogadas “en riesgo”, solo 3%.
Sin embargo, si bien la agilidad genera mejores resultados y ventaja competitiva a largo plazo, representa un desafío y una gran oportunidad para las organizaciones de servicios financieros.
Para lograr una verdadera agilidad empresarial, deben ir más allá de las metodologías ágiles en IT o de programas aislados de cambio. Deben desarrollar capacidad de respuesta en todas las áreas de la empresa.
Si los beneficios de la agilidad empresarial se conocen desde hace casi 20 años, y la ventaja de ser ágil en este momento es tan pronunciada, ¿por qué la verdadera agilidad empresarial es tan rara en las entidades financieros?
El informe de Accenture identifica tres factores que hacen que lograr la agilidad empresarial sea un desafío para muchas organizaciones de servicios financieros:
- La mayoría de las empresas establecidas están utilizando complejos sistemas heredados. Muchos de los jugadores de la industria tienen historias que se remontan a más de 100 años. Los sistemas de los que dependen para funciones comerciales cruciales, en algunos casos, se construyeron antes de Internet. Adaptar estos sistemas a las necesidades de la nueva era digital es un desafío importante.
- Sus líderes informan que los empleados no están preparados para afrontar grandes cambios. Otra investigación de Accenture revela que los altos niveles de miedo y ansiedad en los trabajadores están socavando los programas de cambio.
- El sector está muy regulado y eso le dificulta lograr agilidad.
