jueves, 26 de diciembre de 2024

Geithner: un experto en crisis que va bien con Obama y Wall Street

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La bolsa dio la bienvenida a Timothy Geithner como secretario de hacienda, quien ya era favorito para el cargo. Pero, lejos de tener soluciones mágicas, en la Reserva Federal neoyorquina lleva tiempo luchando contra turbulencias que no ceden.

Aun el salto de 6,5% pegado el viernes por el Dow Jones 30 (tras saberse que
Geithner será nombrado) en el fondo signo de ansiedades y expectativas en lo tocante a políticas financieras. El elegido de Barack Obama, por cierto, promete mayor coherencia en cuando a la crisis, justo mientras su antecesor, Henry Paulson, reelabora el megarrescate inicial por US$ 694.000 millones. Sin duda –apunta el “Economist” en la web- se necesitan nuevos esquemas para encarar embargos hipotecarios, el caso Fannie Mae/Freddie Mac o un Detroit amenazado por la insolvencia. Los dos meses hasta asumir parecen una eternidad.

A inversores u operadores les cae bien que Obama prefiera capacidad y no conexiones. Geithner conoce poco al próximo presidente y no tiene nexos especiales con el partido Demócrata ni el congreso. Además, una designación política habría caído mal en los mercados. Pero el reemplazante de Paulson no llega al extremo de Paul Volcker: un demócrata nombrado en la Reserva Federal por Ronald Reagan, un republicano hecho y derecho.

Además, Geithner aporta dos rasgos útiles. Primero, representa una continuidad, que alguno analistas ven como desventaja, pues ha trabajado junto a Paulson y Benjamin Bernanke. Segundo, significa aptitudes técnicas. Probablemente, haya estado mucho más tiempo que otros lidiando con crisis desde México o Argentina hasta Brasil o Tailandia. Sabe, pues, que en ellas uno descarta pronósticos fáciles y se dedica a evitar eventos de baja probabilidad pero consecuencias catastróficas.

Algunas opciones son críticas. Hacer demasiado poco mina la confianza y empeora una crisis. Hacer demasiado crea imagen de pánico y provoca sobrerreacciones en Wall Street, el congreso y la prensa especializada. En épocas normales, una moderada aversión al riesgo enfría los ciclos de negocios; en una crisis, los recalienta llevándolos a escasez de crédito, iliquidez y mayor aversión al riesgo.

En verdad, aun trabajando con Paulson, Geithner a veces prefería enfoques más proactivos. Verbigracia, no se sentía feliz con la decisión de no emplear fondos públicos en el frustrado rescate de Lehman Brothers. Pero a veces se equivocada, como cuando armó el salvamento inicial de American International Group, cuyas fallas elevaron de US$ 85.000 a 123.000 millones el costo de rescate.

Aun el salto de 6,5% pegado el viernes por el Dow Jones 30 (tras saberse que
Geithner será nombrado) en el fondo signo de ansiedades y expectativas en lo tocante a políticas financieras. El elegido de Barack Obama, por cierto, promete mayor coherencia en cuando a la crisis, justo mientras su antecesor, Henry Paulson, reelabora el megarrescate inicial por US$ 694.000 millones. Sin duda –apunta el “Economist” en la web- se necesitan nuevos esquemas para encarar embargos hipotecarios, el caso Fannie Mae/Freddie Mac o un Detroit amenazado por la insolvencia. Los dos meses hasta asumir parecen una eternidad.

A inversores u operadores les cae bien que Obama prefiera capacidad y no conexiones. Geithner conoce poco al próximo presidente y no tiene nexos especiales con el partido Demócrata ni el congreso. Además, una designación política habría caído mal en los mercados. Pero el reemplazante de Paulson no llega al extremo de Paul Volcker: un demócrata nombrado en la Reserva Federal por Ronald Reagan, un republicano hecho y derecho.

Además, Geithner aporta dos rasgos útiles. Primero, representa una continuidad, que alguno analistas ven como desventaja, pues ha trabajado junto a Paulson y Benjamin Bernanke. Segundo, significa aptitudes técnicas. Probablemente, haya estado mucho más tiempo que otros lidiando con crisis desde México o Argentina hasta Brasil o Tailandia. Sabe, pues, que en ellas uno descarta pronósticos fáciles y se dedica a evitar eventos de baja probabilidad pero consecuencias catastróficas.

Algunas opciones son críticas. Hacer demasiado poco mina la confianza y empeora una crisis. Hacer demasiado crea imagen de pánico y provoca sobrerreacciones en Wall Street, el congreso y la prensa especializada. En épocas normales, una moderada aversión al riesgo enfría los ciclos de negocios; en una crisis, los recalienta llevándolos a escasez de crédito, iliquidez y mayor aversión al riesgo.

En verdad, aun trabajando con Paulson, Geithner a veces prefería enfoques más proactivos. Verbigracia, no se sentía feliz con la decisión de no emplear fondos públicos en el frustrado rescate de Lehman Brothers. Pero a veces se equivocada, como cuando armó el salvamento inicial de American International Group, cuyas fallas elevaron de US$ 85.000 a 123.000 millones el costo de rescate.

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