domingo, 24 de noviembre de 2024

Financiamiento climático local para post pandemia

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Se enfrenta un reto trascendental: minimizar el impacto del cambio climático de manera urgente

Una situación amplificada por una crisis económica y social a causa de una pandemia global. Para hacerle frente, los países deben adecuarse al nuevo paradigma, impulsando un cambio hacia políticas que contemplen el cambio climático y potenciando inversiones en tecnología limpia que faciliten el proceso de transición.

Ante esta coyuntura particular, es importante que países como Argentina evalúen qué rumbo de desarrollo tomar, teniendo en cuenta las dificultades financieras que trae aparejada la pandemia y, aún más, el escenario post pandémico.

El concepto finanzas del clima se refiere a la necesidad de dotar de recursos financieros a la lucha contra el cambio climático, tanto en su vertiente de mitigación como de adaptación.

En su sentido más estricto, las finanzas del clima se relacionan con los compromisos internacionales adoptados por los países desarrollados desde el año 2009. Desde un punto de vista teórico, las finanzas del clima ofrecen interesantes debates sobre las razones que subyacen en favor de la mitigación y de la adaptación al cambio climático como bien público global.

Desde un punto de vista práctico, las finanzas del clima se relacionan con la progresiva incorporación de la dimensión climática en el sistema financiero, mediante la creación de determinados productos «verdes», o la inclusión de los riesgos climáticos en las obligaciones a la hora de realizar informes financieros.

Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMUNCC): “financiamiento climático se refiere al financiamiento transnacional, el cual se puede obtener de fuentes de financiamiento públicas, privadas y alternativas. El financiamiento climático es crítico para abordar el cambio climático porque se requieren inversiones de gran escala para reducir significativamente las emisiones, en particular en sectores que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero”.

“El financiamiento climático es igualmente importante para la adaptación, para lo cual se requerirán, de igual modo, recursos financieros considerables para permitir que los países se adapten a los efectos adversos y reduzcan los impactos del cambio climático”

Existen diversas fuentes y mecanismos financieros que se pueden aprovechar para catalizar inversiones orientadas al desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático. Las fuentes de financiamiento se pueden clasificar según el origen de los recursos financieros, ya sean Recursos Públicos y Recursos Privados. Sin embargo, dada la necesidad imperante de colaboración, surgieron los financiamientos mixtos, en el que fuentes públicas y privadas contribuyen a un solo fondo, reduciendo los riesgos de inversión para el sector privado.

Financiamientos verdes

Los mecanismos financieros son las “reglas de juego” que pueden incentivar la asignación de recursos o canalizarlos. En Argentina hay un claro ejemplo gestionado por la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático, el Fideicomiso RAMCC.

Este fideicomiso es el primero a nivel mundial gestionado por gobiernos locales, destinado a apoyar y ejecutar proyectos, programas y políticas municipales, vinculadas a la adaptación y mitigación del Cambio Climático, a partir de la movilización de recursos locales, nacionales e internacionales. Para lograrlo, el fideicomiso procura que todas las acciones y decisiones, evalúen y tengan en consideración un triple: ambiental, social y económico

Gracias a esta herramienta los municipios cuentan con el respaldo y la transparencia necesaria para que se viabilicen inversiones que no podrían canalizar a su territorio en forma individual. Este mecanismo, permite unir los esfuerzos de todos los gobiernos municipales que deseen aportar recursos para enfrentar al cambio climático, convirtiéndolos a su vez en beneficiarios de los mismos, como así también de fondos y servicios que el Fideicomiso RAMCC gestiona.

El Fideicomiso se constituye con los aportes de los fiduciantes (municipios), siendo una de sus principales ventajas comparativas respecto a instrumentos alternativos de financiamiento, el dejar abierta la posibilidad de recibir aportes de terceros (organismos internacionales, organismos multilaterales, bancos, entidades financieras, fondos, fideicomisos, agencias de promoción, agencias de inversión, agencias de fomento, agencias gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, asociaciones, fundaciones, etc.) en forma de préstamos, concesiones, inversiones, donaciones y aportes no reembolsables, entre otros.

Estos aportes de terceros, locales o del exterior, pueden traducirse en bienes y recursos económicos que permitan a los beneficiarios llevar adelante sus acciones y programas frente al cambio climático. Además, el propio Fideicomiso puede realizar inversiones que repercutan posteriormente en ganancias aplicables a los proyectos que gestiona.

Actualmente se ha conformado un Comité técnico con la Comisión Nacional de Valores (CNV), Banco de Inversión y Comercio Exterior y el Banco de Valores, en el que se abordarán agendas capaces de encontrar instrumentos de financiamiento de proyectos para diversos destinatarios. A su vez, están activos los siguientes proyectos del Fideicomiso RAMCC:

(*) Coordinador de Fideicomiso RAMCC

 

 

 

 

 

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