<p>Un grupo de audaces fondos de cobertura se reunió esta semana en una mansión de Manhattan. Los había convocado una “banca boutique”. Entre ellos estaban SAC Capital Advisors y –cosa inevitable tratándose de derivativos- <em>Soros Fund Management</em>.<br />
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La clave del encuentro era una simple hipótesis: el euro posiblemente se desmorone hasta uno por dólar y éste se reapreciaría. El primero perdería 35 centavos y el segundo ganaría 67. Fue una fiesta de tahúres, donde muchos apalancaban sus posturas tomando veinte veces el monto de la apuesta. Sin duda, semejante derrumbe sería una ocasión irrepetible.<br />
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Por ejemplo, “si se colocan cinco millones para cubrir una transacción de US$ 100 millones, un desvío de 5% en la dirección elegida doblará la postura inicial”, apuntaba GlobeOp Financial Services. Durante este tipo de encuentros exclusivos, los fondos de cobertura analizan cómo pueden beneficiarse mutuamente empleando métodos como los censurados durante la crisis sistémica de 2008/9.<br />
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Por ejemplo, en 2008 gestores estilo David Einhorn (Greenlight Capital), presente en Manhattan, sellaron la suerte de Bear Stearns y Lehman Brothers al decidir que su futuro era incierto. Ahora, comparan Grecia o Portugal con BS y LB. Igual que estas dos firmas, esos países vienen tambaleándose al borde de abismo.<br />
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Veterano de la especulación contra monedas -hundió la libra esterlina en 1992-, el húngaro George Soros fue claro. “Si la Eurozona no pone sus finanzas en orden, el euro arriesga licuarse”, sostuvo quien maneja una cartera de US$ 27.000 millones. Sin embargo, poco esperan un colapso como el de hace dieciocho años, si la crisis actual no alcanza a España.</p>
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Especuladores en derivados se juntan en contra del euro
En lo objetivo, el euro ha cedido de US$ 1,50 en noviembre a 1,35 este viernes, o sea que se contrajo 11,1%. Por ende, el dólar avanzó de 0,667 a 0,741; esto es, casi lo mismo en catorce semanas. Algunos no parecen satisfechos y quieren más.