Emergentes: los mejores clientes para Argentina

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Una oportunidad potencial ante las amenazas de guerras comerciales en todo el planeta

Las exportaciones argentinas terminaron el primer semestre con un alza en todo el periodo de 5,5% (aunque vienen reduciendo su performance mes a mes, y en junio descendieron 1,4%), según puntualiza el último informe de la consultora DNI que dirige Marcelo Elizondo.

Luego del ajuste cambiario, el nuevo tipo de cambio concede a los exportadores un marco de mejores costos medidos en moneda dura. Sin embargo, la volatilidad cambiaria, las complejidades que se mantienen en el ambiente de negocios, la alta inflación y la elevada tasa de interés, todo hace pensar que la recuperación de las exportaciones no será rápida.

Si se advierte que la previsión del mercado es que el precio del dólar sea a fin de este año de $ 31,72 (precio del dólar futuro a cotización de fin de julio), lo que implica una devaluación desde el inicio del año de 67%; y que la expectativa de los especialistas (relevada en el REM del Banco Central) es que la inflación anual sea de 30,3% anual, está claro que las condiciones de costos de producción medidos en dólares mejorarían en Argentina.

Sin embargo, fronteras adentro, está también claro que hay no pocas certezas adicionales relevantes que las empresas productoras y exportadoras aún esperan.

Como muestra de asignaturas pendientes que están más allá del tipo de cambio, recuérdese que en el Global Competitive Index, Argentina, por caso, aun permanece debajo del puesto número 90 y allí aparecen problemas como inflación, impuestos, inestabilidad política, escaso acceso al financiamiento o alta burocracia, que requieren soluciones diferentes que la que puede ofrecer un mejor tipo de cambio.

 

Destinos de ventas externas

 

Pero hay otra pregunta para hacerse: si las exportaciones se recuperan, ¿hacia dónde lo harían? Los dos principales actores del comercio internacional (China y Estados Unidos) se debaten en una guerra comercial y no está claro qué impacto tendría eso en el comercio mundial.

Las exportaciones totales -de bienes y servicios- en el mundo crecieron el año pasado 4,7% (el mayor porcentaje en muchos años; y llegaron a US$ 22 billones (millones de millones) y la OMC pronostica -en principio- para el año 2018 un alza de otro 4,4%.

Pero debe decirse que tensiones en las fronteras comerciales en las dos más grandes economías impedirían mantener ese alza que alienta la producción mundial, impulsa flujos de inversión transfronteriza y que actúa como motor de las cadenas internacionales de valor. Estas explican el 75% del comercio internacional, están impulsadas por unas 80.000 compañías multinacionales, forman un gran entramado de empresas que se relacionan de manera sistémica desde diversos países para producir aliadas a través de vinculaciones sistémicas y constantes en el planeta, y necesitan de agilidad en el comercio en frontera).

Una pregunta que podemos hacernos, ahora, entonces, es cómo afectaría la llamada “guerra comercial” a Argentina. Pues si bien es aventurado decirlo (no sabemos hacia dónde marcharán los acontecimientos), algo que puede afirmarse es que un debilitamiento general del comercio internacional traería algunas noticias no muy buenas.

Como posibles volatilidades bursátiles o financieras, afectaciones en precios de commodities o impactos en los tipos de cambio en el mundo que no alientan mayores negocios transfronterizos -que requieren previsibilidad-; y Argentina (si bien apenas representa 0,33% del comercio mundial) depende para su comercio exterior no solo de su oferta sino también de la demanda mundial.

 

Además, los flujos de inversión internacional (que en 2018 llegaron a US$ 1,45 billones en todo el mundo) operan muy vinculados a los flujos de comercio internacional y Argentina se ha propuesto promoverse como destino para inversores, por lo que es conveniente un mundo más apacible (Estados Unidos, Japón y China fueron en 2017 los tres principales emisores de inversión extranjera en el mundo).

 

Mudanza de mercados

 

Pero, debe decirse, también podrían aparecer ciertas oportunidades potenciales. Así, Argentina es un gran exportador de agroalimentos (según la OMC, Argentina está entre los 15 principales exportadores de alimentos y de productos agropecuarios del mundo). Imposiciones de límites por parte de China a productos agropecuarios estadounidenses (aún con el riesgo de afectaciones en los precios) pueden generar mayor demanda aprovechable -si el año que viene Argentina mejora su producción con un mejor clima-.

Ahora bien: algo para advertir en esta materia es que Argentina está consolidando un movimiento de “mudanza de mercados” iniciado hace algunos años, hacia los países emergentes.

Específicamente en este 2018, si se analiza la performance de las exportaciones argentinas en los meses del año en curso transcurridos, se descubre que en verdad son los países emergentes los que están sosteniendo las exportaciones argentinas.

De los 30 principales destinos para las exportaciones de nuestro país en lo que se ha medido del año a la fecha, 22 son países emergentes y solo 8 son desarrollados (el cuadro siguiente lo acredita).

 

País

Exportaciones argentinas en millones de dólares en 5 meses de 2018

Brasil

4329

Estados Unidos

1654

China

1321

Chile

1171

Vietnam

939

Argelia

865

India

755

Holanda

643

Egipto

590

Indonesia

563

Suiza

562

España

502

Perú

495

Paraguay

486

Malasia

457

Alemania

472

Uruguay

471

Italia

407

Arabia Saudita

370

Reino Unido

367

Rusia

314

Tailandia

289

Polonia

285

Bolivia

256

México

240

Colombia

233

Australia

232

Bangladesh

227

Turquía

211

Sudáfrica

208

 

 

Argentina exportó en el período medido de 2018 el total de US$ 8.552 millones a Latinoamérica, US$ 466 millones a países europeos no desarrollados, US$ 6.054 millones a países asiáticos no desarrollados y US$ 2.236 millones a países africanos. Esto permite concluir que del total de US$ 24.749 millones exportados en el período, US$ 17.308 millones fueron exportados en los primeros 5 meses de 2018 a países emergentes (o no desarrollados), mientras solo US$ 7.441 millones fueron exportados a desarrollados. Esto es: la Argentina exportó en el período medido hasta ahora el 70% (69,93 para ser exactos) a países emergentes y el 30% a desarrollados.

A decir verdad, la composición de las exportaciones argentinas en el primer semestre de 2018 explica buena parte del resultado: las exportaciones se basan en bienes agropecuarios (que en buena parte van a Asia Oriental o al norte de Ãfrica) o industriales (que van a Latinoamérica).

Esto podría poner a Argentina a cierto resguardo de una guerra comercial que afectara a las grandes economías.

 

Algunos mercados importantes

 

En la primera parte del año se destacan numerosos mercados no tradicionales para las exportaciones argentinas. Por supuesto que los primeros destinos son Brasil, el siempre primer destino para nuestras ventas externas, y Estados Unidos -que pese a su discurso proteccionista se consolida como segundo destino-, seguidos ambos de China. Y ese trío ha sido desde hace mucho los tres principales mercados para las ventas de Argentina).

Pero después es destacable la relevante presencia en el ranking de principales destinos para las exportaciones argentinas de Vietnam, Argelia, India, Egipto e Indonesia, todos entre los 10 principales destinos para las ventas argentinas (en la primera parte de 2018).

Y luego, más abajo, pero siendo parte de la mas relevante porción de emergentes que son destino de ventas argentinas, figuran Malasia, Arabia Saudita, Rusia, Tailandia, Bangladesh, Turquía, y Arabia Saudita. Estos, además de los latinoamericanos como Perú, Colombia, Uruguay, Bolivia, Paraguay o México.

Un fenómeno especial y particular de interés que puede destacarse, por caso, es que ya en 2017 las exportaciones argentinas a los países árabes en especial, sumaron nada menos que US$ 5.082 millones, más que a cualquier país salvo Brasil.

Este fenómeno se compadece con el crecimiento económico de los países que forman parte de regiones emergentes y dinámicas para el comercio argentino. En efecto, si se analiza la previsión de crecimiento del PBI de los países que fueron el año pasado principales mercados para Argentina se constata que los que más alza esperan son los emergentes donde hay, entonces, grandes oportunidades.

En realidad el corrimiento de Argentina hacia los emergentes continúa una tendencia que ya se insinuó el año anterior. Y tiene lógica. Si se observan las exportaciones argentinas por continente y/o regiones de 2017, se constata que América fue el año último el principal destino, seguido de Asia (el 2° continente en relevancia), que supera cómodamente a Europa o a Norteamérica. A la vez, en 2017 Asia Pacifico ya recibió más exportaciones argentinas que Norteamérica (y un número no muy diferente que el que recibe el Mercosur, además de recibir más que Estados Unidos o China), y Ãfrica como continente recibió más exportaciones que cualquier país en el mundo excepto Brasil.

Lo que puede afirmarse, pues, es que Argentina está consolidando a los emergentes como principales mercados. Es probable que las condiciones productivas que tiene la muevan a dirigirse a economías con niveles de exigencias distintas que la de los desarrollados. También que la oferta que genera sea más apropiada para estos mercados.

 

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