La pandemia de coronavirus ha dejado al mundo inundado de petróleo y sin suficiente espacio para almacenarlo. Eso significa que los productores están pagando a los compradores para que se lo saquen de las manos.
El West Texas Intermediate, el crudo que se usa como punto de referencia en Estados Unidos, perdió más 250% el lunes al comercializarse a -40,32 el barril en un día de caos en los mercados petroleros.
El colapso será un duro golpe para el presidente Trump, que hizo lo indecible para proteger al sector petrolero, incluso respaldando las medidas de la OPEP y Rusia de recortar la producción y prometiendo apoyo a la industria.
El sector shale transformó a Estados Unidos, en el transcurso de una década, en el productor de petróleo más grande del mundo y dio a Trump una gran herramienta de política exterior.
Los precios negativos son la última señal de la profundidad de la crisis que afecta al sector petrolero después del parate impuesto por la mayoría de las naciones y que provocó el colapso de la demanda.
No todos los contratos petroleros están operando en negativo. El Brent, que es la referencia internacional, perdió 9% el lunes y caía a US$ 25 el barril. El Brent es un crudo que se extrae en el mar y que por lo tanto permite a los productores trasladarlo fácilmente a las áreas de mayor demanda.
La profunda caída de los precios se produjo a pesar del acuerdo respaldado por la OPEP de recortar 10% la oferta global de crudo. Como parte del esfuerzo por estabilizar los precios proyectan reducciones de diversa magnitud de ahora hasta abril 2022.