El FMI prorrogó cobros y la SEC acabó su revisión (18-IX)

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Como se preveía, el Fondo pospone cobros por US$ 1.100 millones, pese a presiones de lobbies. A su vez, la Comisión Federal de Valores concluyó el examen y se estima que aprobará el plan de canje. Pero lo del Banco Central fue mal gestionado.

La violenta campaña de opiniones, rumores y presiones sobre el FMI y el Grupo de los 7 no impidió que Argentina obtuviese una postergación de pagos a la primera entidad y una señal positiva de la Securities & Exchange Commission (SEC). Este fin de semana, Nicola Stock, Charles Dallara y otros directivos de fondos se reúnen en Lugano con el operador clave de su campaña en Argentina –vinculado a un banco norteamericano-, para discutir futuras estrategias de bloqueo a las negociaciones de la deuda.

Los resultados económicos locales ayudaron. El producto bruto industrial avanzó 1,1% en agosto y acumula 10,5% en los últimos doce meses. Eso, el 3,2% de superávit fiscal para 2005 y un IVA abusivo facilitaron la prórroga y lo harán con el canje de deuda.

Mientras tanto, Néstor Kirchner marcha a Nueva York y Guillermo Nielsen (subsecretario de Finanzas) va a Londres para lanzar el canje de bonos en cese de pagos. Obviamente, el gobierno espera un visto bueno de la SEC a la propuesta argentina. También lo suponen medios usualmente voceros de los “comités” en Buenos Aires.

Entretanto, pese a maniobras del Instituto de Finanzas Internacionales –cabildeo de la banca privada-, las versiones de corte político en el “Financial Times” o las exigencias de Stock, Argentina podrá exponer sobre la restructuración y su próximo presupuesto en varios foros. En particular, la asamblea semestral conjunta FMI-BIRF, programada para fin de mes.

Analizando documentos y ponencias del Banco Mundial ´para esa misma reunión, el economista Paul Krugman formuló una crítica: “El BIRF ha olvidado la filosofía del plan Marshall, que lo creó, y ahora se dedica a promover negocios, no desarrollo. Paralelamente, el Fondo funciona como cobrador por cuenta de inversores privados y fondos de riesgo”.

Así lo demuestra Rodrigo Rato reiterando exigencias de portarse bien con los acreedores. Otro funcionario abocado a la restructuración es Sebastián Palla, subsecretario de Financiamiento. Está en Washington, preparando la elevación ante la SEC del documento con las condiciones legales y técnicas para emitir tres series de bonos.

En lo tocante a la renuncia de Alfonso Prat Gay como presidente del Banco Central, es otro caso de mal manejo político por parte de Kirchner y Roberto Lavagna. Ambos cometieron viejo error común a funcionarios de todo nivel: apelar a eufemismos o negar lo evidente (la poca tolerancia al disenso que manifiesta el presidente, rasgo peronista si los hay).

A criterio de observadores independientes en Buenos Aires y Nueva York, no pareció adecuado nombrar a Martín Pérez Redrado, un analista financiero –otrora vinculado a Carlos S.Ménem- sin experiencia en el manejo de política monetaria. Tampoco a Miguel A.Pesce en lugar de Pedro Lacoste.

La violenta campaña de opiniones, rumores y presiones sobre el FMI y el Grupo de los 7 no impidió que Argentina obtuviese una postergación de pagos a la primera entidad y una señal positiva de la Securities & Exchange Commission (SEC). Este fin de semana, Nicola Stock, Charles Dallara y otros directivos de fondos se reúnen en Lugano con el operador clave de su campaña en Argentina –vinculado a un banco norteamericano-, para discutir futuras estrategias de bloqueo a las negociaciones de la deuda.

Los resultados económicos locales ayudaron. El producto bruto industrial avanzó 1,1% en agosto y acumula 10,5% en los últimos doce meses. Eso, el 3,2% de superávit fiscal para 2005 y un IVA abusivo facilitaron la prórroga y lo harán con el canje de deuda.

Mientras tanto, Néstor Kirchner marcha a Nueva York y Guillermo Nielsen (subsecretario de Finanzas) va a Londres para lanzar el canje de bonos en cese de pagos. Obviamente, el gobierno espera un visto bueno de la SEC a la propuesta argentina. También lo suponen medios usualmente voceros de los “comités” en Buenos Aires.

Entretanto, pese a maniobras del Instituto de Finanzas Internacionales –cabildeo de la banca privada-, las versiones de corte político en el “Financial Times” o las exigencias de Stock, Argentina podrá exponer sobre la restructuración y su próximo presupuesto en varios foros. En particular, la asamblea semestral conjunta FMI-BIRF, programada para fin de mes.

Analizando documentos y ponencias del Banco Mundial ´para esa misma reunión, el economista Paul Krugman formuló una crítica: “El BIRF ha olvidado la filosofía del plan Marshall, que lo creó, y ahora se dedica a promover negocios, no desarrollo. Paralelamente, el Fondo funciona como cobrador por cuenta de inversores privados y fondos de riesgo”.

Así lo demuestra Rodrigo Rato reiterando exigencias de portarse bien con los acreedores. Otro funcionario abocado a la restructuración es Sebastián Palla, subsecretario de Financiamiento. Está en Washington, preparando la elevación ante la SEC del documento con las condiciones legales y técnicas para emitir tres series de bonos.

En lo tocante a la renuncia de Alfonso Prat Gay como presidente del Banco Central, es otro caso de mal manejo político por parte de Kirchner y Roberto Lavagna. Ambos cometieron viejo error común a funcionarios de todo nivel: apelar a eufemismos o negar lo evidente (la poca tolerancia al disenso que manifiesta el presidente, rasgo peronista si los hay).

A criterio de observadores independientes en Buenos Aires y Nueva York, no pareció adecuado nombrar a Martín Pérez Redrado, un analista financiero –otrora vinculado a Carlos S.Ménem- sin experiencia en el manejo de política monetaria. Tampoco a Miguel A.Pesce en lugar de Pedro Lacoste.

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