<p>Por supuesto, el alto funcionario exagera al vincular sus estímulos con el contexto global. Gran Bretaña es una economía de segundo orden, a menudo eclipsada por el peso de la City londinense y su banca privada. <br />
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Sea como fuere, el BdeI afronta con sus instrumentos nuevos riesgos recesivos, una característica que alcanza a la Unión Europea, salvo Alemania, Escandinavia y el Benelux. Entretanto, el primer ministro David Cameron se apresta a presentar ante el Parlamento el presupuesto con más recortes desde 1946.<br />
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Paradójicamente, King –que no depende del poder ejecutivo- trata de impedir una recesión, mientras Cameron la fomenta. Por supuesto, el banco central se siente presionado por sus colegas estadounidense y japonés para mantener estímulos. Hace dos semanas, Benjamin Bernanke anunció que compraría activos para sostener la economía y, el dia 5, Tokio hizo lo mismo, pero añadiendo una baja de tasas básicas (tocan casi cero). <br />
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A criterio de observadores en Londres y Nueva York, los inminentes debates en Washington (asamblea semestral FMI-Banco Mundial) y Seúl (grupo de los 20) aceleraron las decisiones en el BdeI. Pero el duro presupuesto 2011 que ha producido el gobierno británico abunda en rasgos recesivos contraproducentes.<br />
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King no tenía opciones ante el peligro de que, si EE.UU. y Japón continúan aflojando el corsé monetario, la libra y su compañero el franco suizo se reaprecien ante el dólar, el euro y el yen. Los tres pesan mucho más que el dúo extra Eurozona. De hecho, la esterlina ha recobrado 10% desde el piso de catorce meses registrado en mayo y cotiza a US$ 1,59.</p>
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El Banco de Inglaterra quiere más estímulos a la economía
Mervyn King, el ultraortodoxo presidente del emisor británico, probablemente vuelva a tomar títulos. Su objeto es inyectar liquidez en una economía que orilla de nuevo la recesión. O sea, seguirá el ejemplo de la Reserva Federal y el Banco del Japón