EE.UU.: confianza del consumidor, al mínimo en nueve meses

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Afectadas por hidrocarburos caros –el actual repliegue parece efímero- y desempleo en repunte, las expectativas del público cedieron de 107 en julio a 99,6 puntos en agosto. Un margen de 6,9%.

Así señala el informe mensual de la Conference Board, especie de UIA estadounidense. Se trata del declive más marcado desde que el huracán Katrina azotara varios estados sobre el golfo de Méjico.

Inquietud por un rebrote inflacionario –que la Reserva Federal ya no ve-, los combustibles y la flojedad laboral deterioran los planes de la población. Su gasto representa 70% de la economía norteamericana. Pero hay otro factor: ocho de cada cien personas vive hoy bajo el nivel de pobreza.

“La gente percibe que el mercado laboral comienza a agrietarse”, apunta Kevin Logan, analista principal en Dresdner Kleinwort, Nueva York. “Esto refleja también el desinfle del mercado inmobiliario, un área tradicionalmente creadora de empleo”. El fin de una burbuja que duraba cinco años baja los precios de la vivienda y les hace más difícil a los propietarios sacar ganancias vía alquiler, compraventa u otras formas de especulación.

Las acciones sentían este martes los efectos de estas novedades. Nuevamente, entretanto, los gurúes de Bloomberg’s se equivocaron. En general, apostaban a que el indicador de la CB cediese a sólo 10,7 puntos. Respecto del optimismo del público sobre el futuro a tres/seis meses, cedió de 134,2 en julio a 123.4 puntos este mes (8,1%).

Así señala el informe mensual de la Conference Board, especie de UIA estadounidense. Se trata del declive más marcado desde que el huracán Katrina azotara varios estados sobre el golfo de Méjico.

Inquietud por un rebrote inflacionario –que la Reserva Federal ya no ve-, los combustibles y la flojedad laboral deterioran los planes de la población. Su gasto representa 70% de la economía norteamericana. Pero hay otro factor: ocho de cada cien personas vive hoy bajo el nivel de pobreza.

“La gente percibe que el mercado laboral comienza a agrietarse”, apunta Kevin Logan, analista principal en Dresdner Kleinwort, Nueva York. “Esto refleja también el desinfle del mercado inmobiliario, un área tradicionalmente creadora de empleo”. El fin de una burbuja que duraba cinco años baja los precios de la vivienda y les hace más difícil a los propietarios sacar ganancias vía alquiler, compraventa u otras formas de especulación.

Las acciones sentían este martes los efectos de estas novedades. Nuevamente, entretanto, los gurúes de Bloomberg’s se equivocaron. En general, apostaban a que el indicador de la CB cediese a sólo 10,7 puntos. Respecto del optimismo del público sobre el futuro a tres/seis meses, cedió de 134,2 en julio a 123.4 puntos este mes (8,1%).

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