<p>Ente las hazañas del dúo figura una compañía de Silicon Valley que había estafado a accionistas. Tras una carrera de treinta años, ambos socios fueron a la cárcel por sobornar gente para abrir juicios contra prominentes y fraudulentas firmas norteamericanas. Luego armaban causas que restituían millones de dólares a inversores o víctimas y les redituaban jugosos honorarios.<br />
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El texto, no siempre claro (emplea mal “hübrís”), puede leerse como metáfora de la soberbia como clave del capitalismo. Al principio, los abogados aciertan en sus diagnósticos, pero acaban emulándolos y caen por “emplear fraude contra el fraude”. <br />
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En efecto, Lerach era pionero de las acciones colectivas, donde grupos que reivindican un interés común vulnerado se juntan para apelar en los tribunales. Su especialidad era armar velozmente –algunos hablan de aprietes especulativos- casos contra compañías en problemas más sus bancos, contadores y asesores.<br />
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Sus blancos eran la flor y nata del quién es quién empresario y financieros. Figuraban Goldman Sachs, Hewlett-Packard, WorldCom o American Telephone & Telegraph. Pero su logro más espectacular sería la despedida del dúo: obtuvieron miles de millones de banqueros envueltos en el colapso de Enron (2001), el hoy difunto gigante tejano de energía y combustibles. <br />
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Dillon y Cannon siguieron la trayectoria de Lerach –la de Weiss no tanto- desde fines de los años 70, cuando planeaban hacer un libro junto con él. Como recuerdan hoy, “la llamativa cooperación de Lerach reflejaba su seguridad de exponer fallas y defectos del capitalismo empresario y la necesidad de poner a los ejecutivos en la picota”.<br />
En el libro que finalmente hicieron, previa salvaguardia de sus derechos intelectuales, Lerach aparece como una especie de Calibán que obra contra los Prósperos que gobiernan grupos multinacionales o de la “nueva economía”. Como el personaje de Shakespeare (La tempestad), el letrado parece demasiado humano, pero su talento y brillo son minados por una fatal tendencia: permitir que enemistades en el foro contagiasen sus acciones cotidianas y viceversa. <br />
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El sesgo prorrepublicano del libro se patentiza al poner como ejemplo de soberbia la ofensiva de Lerach y Weiss sobre el entonces vicepresidente Richard Cheney. Ambos pretendían que depusiera contra Halliburton, grupo del cual RC fue presidente hasta 2000 y gestor informal de negocios en Irak después, cuando estaba con George W.Bush. <br />
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Hay algo rescatable en la trayectoria de Lerach: fabricar denunciantes pagados era malo, pero peor era que los verdaderos ahorristas e inversores de Enron o WorldCom no tuviesen acceso debido a los estrados judiciales. En marzo, ambos abogados salen en libertad condicional y muchos les darán la bienvenida al ruedo. <br />
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Dos astutos abogados usaban fraudes para combatir fraudes
En Círculo de codicia, William Lerach y Melvin Weiss tocan el cielo y caen tras poner de rodillas a grandes empresas. Su gesta la describen Patrick Dillon y Carl Cannon en el libro homónimo. Gracias a Dios por esa codicia, sostiene la obra.