Por el contrario, varios expertos temen que “el aumento de precios vinculado a insumos petroleros no sacará de aprietos a economías ni sectores que sufren presiones deflacionarias”. Así opina Stephen Roach, econometrista jefe en Morgan Stanley Dean Witter. Justamente, esta firma de valores acaba de recortar de 2,9 a 2,5% sus proyecciones de expansión global en términos de producto bruto.
“El mundo desarrollado, China y Rusia viven las vísperas de una recesión, excepto los japoneses, que la padecen desde 1991/2. En cuanto a economías emergentes y periféricas, algunas serán afectadas y otras no tanto”, presume Roach. En lo tocante a crudos, los expertos definen como “caro o muy caro” todo nivel por encima de US$ 33 el barril de tejano medio a 45 días en Nueva York.
Desde una perspectiva opuesta, dado que la deflación lleva más de una década, el Banco del Japón (central) espera que el fenómeno local comience a ceder debido, precisamente, al alza del petróleo. Surcorea, Taiwán y China comparten esas presunciones. Pero la ecuación occidental es distinta y su clave no está en los hidrocarburos, sino en la demanda de empresas y consumidores. En este plano, Roach, David Roche (de la consultora Independent Strategy) y Paul Clarke (PCI Consulting Group) conciden: “Hace falta una fortísima recuperación de la economía real en la Unión Europea, Japón y América del norte, o sea un quinquenio con el PBI creciendo a más de 4% anual, para acabar con el riesgo deflacionario”.
No hace mucho, los técnicos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial redujeron de 3,7 a 3% las estimaciones sobre PB global este año. De hecho y dejando de lado economías peculiares (China, Vietnam, ex bloque soviético), no se ven países capaces de alcanzar aquel 4% en un plazo razonable.
Por supuesto, el mundillo de los analistas dista de ser unánime. Así, Ajay Kapur –estratega para Asia en Salomon Smith Barney, o sea Citigroup- es rotundo: “La deflación ha muerto y sobreviene la inflación”. Sin detenerse en el caso japonés, Kapur y sus colegas en ING Barings (Singapur) y Tata Gropu (Mumbái) creen que “la insaciable demanda china de petróleo, materia primas o semiprimas, equipos industriales y vehículos irá elevando precios en todo el mundo”.
Por el contrario, varios expertos temen que “el aumento de precios vinculado a insumos petroleros no sacará de aprietos a economías ni sectores que sufren presiones deflacionarias”. Así opina Stephen Roach, econometrista jefe en Morgan Stanley Dean Witter. Justamente, esta firma de valores acaba de recortar de 2,9 a 2,5% sus proyecciones de expansión global en términos de producto bruto.
“El mundo desarrollado, China y Rusia viven las vísperas de una recesión, excepto los japoneses, que la padecen desde 1991/2. En cuanto a economías emergentes y periféricas, algunas serán afectadas y otras no tanto”, presume Roach. En lo tocante a crudos, los expertos definen como “caro o muy caro” todo nivel por encima de US$ 33 el barril de tejano medio a 45 días en Nueva York.
Desde una perspectiva opuesta, dado que la deflación lleva más de una década, el Banco del Japón (central) espera que el fenómeno local comience a ceder debido, precisamente, al alza del petróleo. Surcorea, Taiwán y China comparten esas presunciones. Pero la ecuación occidental es distinta y su clave no está en los hidrocarburos, sino en la demanda de empresas y consumidores. En este plano, Roach, David Roche (de la consultora Independent Strategy) y Paul Clarke (PCI Consulting Group) conciden: “Hace falta una fortísima recuperación de la economía real en la Unión Europea, Japón y América del norte, o sea un quinquenio con el PBI creciendo a más de 4% anual, para acabar con el riesgo deflacionario”.
No hace mucho, los técnicos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial redujeron de 3,7 a 3% las estimaciones sobre PB global este año. De hecho y dejando de lado economías peculiares (China, Vietnam, ex bloque soviético), no se ven países capaces de alcanzar aquel 4% en un plazo razonable.
Por supuesto, el mundillo de los analistas dista de ser unánime. Así, Ajay Kapur –estratega para Asia en Salomon Smith Barney, o sea Citigroup- es rotundo: “La deflación ha muerto y sobreviene la inflación”. Sin detenerse en el caso japonés, Kapur y sus colegas en ING Barings (Singapur) y Tata Gropu (Mumbái) creen que “la insaciable demanda china de petróleo, materia primas o semiprimas, equipos industriales y vehículos irá elevando precios en todo el mundo”.