Una proyección ligeramente inferior de la anticipada a comienzos de año efectuó el Banco Mundial, en consonancia con lo anunciado por el Fondo Monetario Internacional hace unos días: de 2,2% en este ejercicio, repuntaría a 3% en 2014 y a 3,5% en 2015, según la nueva estimación.
El Fondo auguró en la pasada cumbre de primavera auguraba un crecimiento de 3,3% y el Banco Mundial se suma al cálculo. Admite por un lado admite que los riesgos en las economías avanzadas se redujo, pese a la contracción en la zona euro. Los países emergentes son los que acusan el mayor peso.
Lagarde, en este sentido, habla de cuellos de botella en el crecimiento de Brasil, India, Rusia, Sudáfrica y Turquía y ve difícil que pueda lograrse el ritmo de expansión previo a la crisis si no se adoptan reformas.
También señala una moderación de la actividad económica en China, por las medidas adoptadas por Pekín para reequilibrarla.
De este modo, el Banco Mundial calcula así que los países emergentes, los motores del crecimiento global, crecerán a un ritmo del 5,1% en 2013, para repuntar al 5,6% el año próximo y quedarse estable en el 5,7% en 2015.
América latina y Caribe registrarán niveles más débiles que sus pares, 3,3% este año, lo cual de todas formas mejora el 1,2% que se proyecta para los países con las rentas más altas.
El organismo proyecta ahora para EE.UU. un crecimiento de 2%, una décima más de lo previsto.
Con la zona euro no sucede lo mismo, ya que de una contracción de 0,1% la agrava ahora a 0,6% y habla además de un incremento del paro.
Lagarde lamenta, desde el FMI, que los economistas del Banco Mundial señalen que la mejora en los mercados financieros no se está viendo en la economía real, donde los efectos de la crisis se están prologando más de lo que se esperaba.
En este contexto de modesto crecimiento, preocupa que la Reserva Federal y otros bancos centrales procedan a retirar los estímulos.
Como se señaló de cara a la pasada cumbre semestral en Washington, el futuro de los países emergentes dependerá de cómo se comporten los flujos de capital que ahora llegan a esas economías buscando oportunidades de inversión que no encuentran en el mundo desarrollado.
Por eso repite que deben hacer reformas estructurales y a elevar los niveles de productividad. (El País)