Una investigación comprueba que está creciendo más el comercio en servicios que el comercio en productos, y concluye que los primeros tienen ahora un papel mucho mayor en la cohesión de la economía global. Fue realizada por un equipo del McKinsey Global Institute que analizó 23 cadenas de valor en 43 países que representan 96% del comercio global entre 1995 y 2017.
En un documento que titula Globalization in transition: The future of trade and value chains, un equipo de expertos del McKinsey Global Institute, analiza la dinámica de las cadenas globales de valor y descubre cambios estructurales que no se advierten a simple vista. El equipo está integrado por Mac Muir, Susan Lund, James Manyika, Jonathan Woetzel, Jacques Bughin, Mekala Krishnan y Jeongmin Seong.
La primera afirmación que hacen allí es que si bien la producción y el comercio siguen aumentando en términos absolutos, la intensidad del intercambio está declinando en casi todas las cadenas de valor en producción de bienes. Los flujos de servicios y de datos tienen ahora un papel mucho mayor en la cohesión de la economía global. No sólo está creciendo más el comercio en servicios que el comercio en productos, sino que los servicios están creando un valor muy superior al que miden las cuentas nacionales.
Usando mediciones alternativas, el equipo de McKinsey descubre que los servicios ya constituyen más valor que los productos en el comercio global. Además, todas las cadenas globales de valor están siendo cada vez más de “conocimiento-intensivas”. El trabajo de baja calificación pierde importancia como factor de producción. Contrariamente a la percepción popular, sólo 18% del comercio global de productos se genera por mediación del costo laboral.
Tres factores explican esos cambios: el crecimiento de la demanda en China y el resto del mundo en desarrollo, que permite a esos países consumir más de lo que producen; el crecimiento de las cadenas de suministro en esos países, que ha reducido la dependencia de importaciones de bienes intermedios; y el impacto de las nuevas tecnologías.
La globalización se encuentra en el centro de una transformación. La combinación de países, empresas y trabajadores en mejores condiciones para aprovechar la próxima era está cambiando. Entender cómo está cambiando el paisaje ayudará a políticos y empresarios a prepararse para el próximo capítulo de la globalización y las oportunidades y desafíos que presentará.