La mayor estafa en generaciones -US$ 50.000 millones, pero podría ser más- se armó en austeras oficinas del edificio Lipstick (“lapiz de labios”) y perjudica a dos categorías principales de “víctimas”. En primer lugar, bancos como Santander Central Hispano (BSCH), Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), la poderosa Hongkong & Shanghai Banking Corp., los franceses BNP Paribas, Crédit Agricole o Natixis, el japonés Aozora, la holandobelga Fortis, un grupo de bancas privadas suizas, etc.
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<p>En segundo término, Bernard L.Madoff y su epónima BLM Securities despojó a las colectividades judías de Nueva York, Miami, Boston, Viena y otras urbes. Según señala el “Jerusalem Post”, no se salvaron la universidad Yeshivá, fundaciones filantrópicas como las de Steven Spielberg, Elie Wiesel o Carl & Ruth Shapiro (financiantes del museo de Bellas Artes, Boston). </p>
<p>No extraña que gran parte de los medios especializados o personas como Jean-Pierre Jouyet (comisión francesa de valores) sindiquen a la Securities & Exchange comisión (SEC) como principal, culpable de que el descalabro llegase a semejante extremo. Ahora, demócratas y republicanos exigen el despido de los cinco miembros del ente. Tampoco es agraciada la postura de su equivalente británica, la autoridad de servicios financieros (FSA en la sigla inglesa). </p>
<p>A última hora del martes, el juez federal de distrito Louis Stanton adoptó una iniciativa aislada. Dispuso que los clientes individuales perjudicados por BLM Securities pueda acogerse a una norma que permite rescatar víctimas de fraudes financieros. </p>
<p>Algunos expertos sospechan que el magistrado tiene en la mira al Fairfield Greenwich Group FGG), armada por Walter Noël y otros tres yernos de Madoff. La familia tenía vínculos con judíos millonarios de Río de Janeiro, Milán, Madrid, Londres, Ginebra, Fráncfort, etc. Durante casi veinte años, el esquema funcionó hasta convertirse en una gigantesca pirámide tipo Carlo Ponzi. Al cabo, FGG y su fondo de cobertura controlado (Sentry) movían un globo de US$ 7.500 millones, actuando como recaudadores internacionales para el clan. </p>
Caso Madoff: otra vez, los reguladores estaban distraídos
Se ofrecían retornos sobre 12% anual, pero ni grandes bancos ni autoridades sectoriales veían nada raro. Pese al colapso de Long-Term Capital Management (derivados, 1998), los escándalos iniciados con Enron (2001) o, más cerca, Lehman Brothers.