jueves, 26 de diciembre de 2024

Bruselas censura las trabas de Banca dItalia a ABN

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Los comisionados de Competencia (Nellie Kroes, vinculada a la banca holandesa) y Mercado interno, Charles McCreevy, exigen explicaciones al banco central sobre obstáculos a ABN Amro para tomar AntonVeneta. Protestas del oficialismo.

Formalmente, son dos cartas “técnicas” dirigidas a Antonio Fazio, presidente del emisor y adalid de una campaña para defender la “italianidad” del sistena financiero. Algo tardía, pues la propia prensa del país ya le llama “Bankitalia” al banco central. La doble movida es una obvia apretada de la Comisión Europea contra los obstáculos creados a la compra de Banca Antoniana Popolare Veneta por parte del mayor banco holandés. De paso, uno de los que posse obligaciones convertibles en acciones de Fiat SpA.

Inesperadamente, la coalición derechista de gobierno ha salido en defensa de Fazio. “Siguen las interferencias de Bruselas y no hay día cuando no surjan nuevas presiones”, sostiene Luigi Grillo (Forza Italia, el partido personal de Silvio Berlusconi). “La iniciativa de los holandeses, con complicidad de la Consob, amenaza al mercado financiero italiano”, lo secunda Pietro Armani, de Alianza nacional (neofascista). Desde la oposición, se recuerda “el prontuario de Kroes como ‘lobbista’ de intereses privados”.

Desde Amsterdam, Willem Duisenberg –pálido ex presidente del Banco Central Europeo- aportó la suyo. “Si Fazio se sale con la suya, la banca privada italiabna se convertirá en periférica. La situación creada en torno de ABN Amro es un escándalo”.

La clave política del asunto es de suyo delicada. Como temen algunos analistas italianos, “la intervención de Kroes y McCreevy está en la nueva línea de la CE. Es decir, ir reduciendo el papel activo de los estados nacionales en temas que el poder ejecutivo de la Unión Europea quiere manejar directamente. Se nota la mano, entre sombras, del portugués José Manoel Durão Barroso y sus vínculos con la banca española”.

Fazio tiene plazo hasta el miércoles 4 para reconsiderar medidas adoptadas para impedir que ABN Amro supere la cuota de 20% en el paquete AntonVeneta. Por cierto, la conducta de Banca d’Italia dista de ser diáfana, pues coopera en el intento de Banca Popolare di Lodi para arrebatarles la presa a los holandeses.

También hay un componente jurídico importante. “Debe respetarse el artículo 21 de las normas europeas sobre fusiones”, plantean ambas cartas. La cláusula consiente a la autoridad local (el banco central) obtener un mandato para evaluar fusiones en virtud de “criterios prudenciales”. El problema es que le cabe a la CE otorgar esa facultad; o no. Pero, hasta el momento, Fazio no ha solicitado la aplicación del artículo 21.

También el miércoles, Bruselas dio el OK a Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) para completar la compra del paquete Nazionale del Lavoro. Se trata de otro tenedor de bonos emitidos por Fiat, que serán convertidos en septiembre, con lo cual el control del paquete escapará al holding que representa al clan Agnelli.

Formalmente, son dos cartas “técnicas” dirigidas a Antonio Fazio, presidente del emisor y adalid de una campaña para defender la “italianidad” del sistena financiero. Algo tardía, pues la propia prensa del país ya le llama “Bankitalia” al banco central. La doble movida es una obvia apretada de la Comisión Europea contra los obstáculos creados a la compra de Banca Antoniana Popolare Veneta por parte del mayor banco holandés. De paso, uno de los que posse obligaciones convertibles en acciones de Fiat SpA.

Inesperadamente, la coalición derechista de gobierno ha salido en defensa de Fazio. “Siguen las interferencias de Bruselas y no hay día cuando no surjan nuevas presiones”, sostiene Luigi Grillo (Forza Italia, el partido personal de Silvio Berlusconi). “La iniciativa de los holandeses, con complicidad de la Consob, amenaza al mercado financiero italiano”, lo secunda Pietro Armani, de Alianza nacional (neofascista). Desde la oposición, se recuerda “el prontuario de Kroes como ‘lobbista’ de intereses privados”.

Desde Amsterdam, Willem Duisenberg –pálido ex presidente del Banco Central Europeo- aportó la suyo. “Si Fazio se sale con la suya, la banca privada italiabna se convertirá en periférica. La situación creada en torno de ABN Amro es un escándalo”.

La clave política del asunto es de suyo delicada. Como temen algunos analistas italianos, “la intervención de Kroes y McCreevy está en la nueva línea de la CE. Es decir, ir reduciendo el papel activo de los estados nacionales en temas que el poder ejecutivo de la Unión Europea quiere manejar directamente. Se nota la mano, entre sombras, del portugués José Manoel Durão Barroso y sus vínculos con la banca española”.

Fazio tiene plazo hasta el miércoles 4 para reconsiderar medidas adoptadas para impedir que ABN Amro supere la cuota de 20% en el paquete AntonVeneta. Por cierto, la conducta de Banca d’Italia dista de ser diáfana, pues coopera en el intento de Banca Popolare di Lodi para arrebatarles la presa a los holandeses.

También hay un componente jurídico importante. “Debe respetarse el artículo 21 de las normas europeas sobre fusiones”, plantean ambas cartas. La cláusula consiente a la autoridad local (el banco central) obtener un mandato para evaluar fusiones en virtud de “criterios prudenciales”. El problema es que le cabe a la CE otorgar esa facultad; o no. Pero, hasta el momento, Fazio no ha solicitado la aplicación del artículo 21.

También el miércoles, Bruselas dio el OK a Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) para completar la compra del paquete Nazionale del Lavoro. Se trata de otro tenedor de bonos emitidos por Fiat, que serán convertidos en septiembre, con lo cual el control del paquete escapará al holding que representa al clan Agnelli.

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