Bancos: pueden construir un futuro más sostenible

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Las instituciones financieras están descubriendo nuevas y rentables oportunidades de alinear ética y ganancia. ¿Cómo? Al compartir abiertamente información sobre sus inversiones, los bancos generan confianza y responsabilidad en sus clientes.

Frente al desafío del “greenwashing” y el “causewashing”, la banca ética se compromete a examinar las afirmaciones ambientales de las empresas que buscan financiación, haciendo de la transparencia un valor central. Así lo explica el reciente informe de la consultora Trendsity.

Respecto de la transparencia, recientemente, en el panel “Hablemos de dinero” realizado en el marco del Encuentro+B de Sistema B que se llevó a cabo en la Universidad de Monterrey, México, Ricky Minicucci, fundador de la fintech Trasa y Presidente Consejo Empresario B explicó que los clientes “no tienen acceso a saber en qué invierten los bancos con el dinero que ellos ingresan en el sistema en distintos formatos de inversión, por lo que la transparencia en este circuito cambia el paradigma y permite saber a dónde va el dinero y dejar la decisión en manos de las personas”.
Vale destacar que la empresa B Trasa, instaló en 2018 el primer cajero automático del barrio popular 31 y más tarde creó las UMIF (Unidad Modular de Inclusión Financiera) que facilitan el acceso a los servicios financieros a personas que en su mayoría no están bancarizadas, alineándose así al propósito de inclusión financiera de sectores marginalizados.

Frente al aumento del costo de vida, la banca ética reconoce este desafío y ofrece productos y servicios financieros que promueven la eficiencia energética y reducen los costos. Por ejemplo, los bancos pueden proporcionar préstamos de bajo interés para renovaciones en el hogar con el objetivo de mejorar la eficiencia energética o instalar paneles solares.

Algunos bancos también ofrecen opciones de financiamiento atractivas para la compra de vehículos eléctricos, contribuyendo a un futuro más verde al tiempo que ayudan a los clientes a ahorrar dinero en gastos de energía.

Al invertir en proyectos que reducen efectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero, los bancos permiten a los clientes compensar su huella de carbono. Por ejemplo, los clientes pueden participar en programas de créditos de carbono que financian iniciativas como reforestación, proyectos de energías renovables o reducción de residuos. En Europa, HSBC, anunció que dejaría de financiar industrias difíciles de descarbonizar como parte de sus esfuerzos para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Mensaje para los negocios
Al priorizar las inversiones en energía renovable, tecnologías limpias e iniciativas sostenibles la banca no solo refuerza su propio compromiso climático sino que tiene la posibilidad de sintonizar con los valores de sus clientes, quienes pueden así, alinear sus decisiones financieras a dichos valores. Sobre todo, entre las generaciones más jóvenes, nuestros estudios reflejan predisposición por aquellos servicios y productos que ayuden al medio ambiente y a las comunidades locales, incluso pagando por ellos costos más elevados. En este contexto, los bancos más pequeños y fintech tienen la oportunidad de destacarse y ganar visibilidad positiva y cuota de mercado entre clientes cada vez más conscientes del medio ambiente.

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