Desde que el gobierno resolvió usar reservas para cancelar de una vez la deuda con el Fondo Monetario Internacional (fin de 2005), su nivel se ha recobrado 72%. Como Argentina no fue el único, ahora la situación de la entidad es mala, pero sus dirigentes y técnicos no atinan a hallar una salida.
Durante ese lapso, la activa intervención del BCRA en el mercado cambiario sirvió para un objeto que varios gurúes otrora incondicionales de Domingo F.Cavallo no querían ver: elevar los indicadores de solvencia. Así confirma la agencia calificadora Standard & Poor’s, donde a parecer no leen a columnistas de medios conservadores locales.
La otra meta de la política cambiaria era y es mantener un dólar relativamente alto, cuya punta minorista oscile entre $ 3,09 y 3,11 para la venta. Esto puede causar problemas si avanza el acuerdo con Brasil para ir descartando el dólar como divisa en el intercambio bilateral.
En otro plano, el dólar “caro” esta limitando el turismo argentino a Uruguay más que el bloqueo de puentes. Aunque no lo admitan Montevideo ni los medios de ambas orillas allegados al negocio. Comer en Colonia o la capital es en promedio 40% más caro que en Buenos Aires (en Punta del Este la brecha roza 75%). Pero también los orientales sufren: ganan 30% menos que los argentinos, pero su canasta básica cuesta 40% más. En verdad, el dólar barato (está en $ur.25 cuando no debiera bajar de 32) beneficia sólo a la poderosa banca extraterritorial y al sector financiero de Montevideo. Ambos tienen enorme influencia sobre la dirigencia política.
Desde que el gobierno resolvió usar reservas para cancelar de una vez la deuda con el Fondo Monetario Internacional (fin de 2005), su nivel se ha recobrado 72%. Como Argentina no fue el único, ahora la situación de la entidad es mala, pero sus dirigentes y técnicos no atinan a hallar una salida.
Durante ese lapso, la activa intervención del BCRA en el mercado cambiario sirvió para un objeto que varios gurúes otrora incondicionales de Domingo F.Cavallo no querían ver: elevar los indicadores de solvencia. Así confirma la agencia calificadora Standard & Poor’s, donde a parecer no leen a columnistas de medios conservadores locales.
La otra meta de la política cambiaria era y es mantener un dólar relativamente alto, cuya punta minorista oscile entre $ 3,09 y 3,11 para la venta. Esto puede causar problemas si avanza el acuerdo con Brasil para ir descartando el dólar como divisa en el intercambio bilateral.
En otro plano, el dólar “caro” esta limitando el turismo argentino a Uruguay más que el bloqueo de puentes. Aunque no lo admitan Montevideo ni los medios de ambas orillas allegados al negocio. Comer en Colonia o la capital es en promedio 40% más caro que en Buenos Aires (en Punta del Este la brecha roza 75%). Pero también los orientales sufren: ganan 30% menos que los argentinos, pero su canasta básica cuesta 40% más. En verdad, el dólar barato (está en $ur.25 cuando no debiera bajar de 32) beneficia sólo a la poderosa banca extraterritorial y al sector financiero de Montevideo. Ambos tienen enorme influencia sobre la dirigencia política.