<p>La calificadora fue algo más lejos: “la reestructuración de pasivos externos no es inevitable para Portugal, Grecia e Irlanda”, sostuvo el jueves. Son señales sin duda contradictorias. Este viernes, entretanto, Atenas presenta propuestas adicionales de austeridad y privatizaciones, para tornar gobernable una masa de € 300.000 millones de deuda soberana.<br />
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De inmediato, los títulos helenos saltaron hasta 18,4% bienal o 13% anual, ambos sin precedentes históricos, sobre el rinde de los bonos federales germanos. Cauto, el ministro de hacienda Schäuble señaló en Die Welt que espera “para junio un informe griego detallado sobre el endeudamiento pendiente”.<br />
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Pero, si esos números pusiesen en tela de juicio “la sostenibilidad de la deuda, deberían adoptarse medidas más drásticas”. El funcionario, empero, aclaró que se trata de la posición alemana y, en realidad, no se había modificado en meses. Igual, espetó “quien quiera escuchar que escuche”, frase que sacudió a los mercados europeos de títulos. En particular, los de Grecia, Portugal, Irlanda, España, Estonia e Islandia.<br />
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Por supuesto, cuando Schäuble alude a “otras medidas” quiere decir reestructuración de pasivos. Esta perspectiva “es negra”, señalaba en Bruselas el finés Olli Rehn, comisario económico de la Unión Europea, si bien se refería a la Eurozona.<br />
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A horas de reunirse el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el director gerente del primero intentaba apaciguar los mercados. Pero un euro a US$ 1,455 lo dejaba malparado.<br />
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Ahora Grecia sorprende y aterra a la Unión Europea
El euro se eleva a US$ 1,455, temiendo otra dosis de austeridad, y los rindes de bonos griegos rozan 18,4% anual. El alemán Wolfgang Schäuble advirtió: Atenas podría necesitar otra reestructuración de deuda. ¿Alguien difiere? Sí, Standard & Poors.