Acuerdo griego: ¿una salida elegante u otro eurofracaso?

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Este viernes, otra cumbre de la Unión Europea termina con un arreglo que trata de enmascarar la ausencia de soluciones firmes. O sea, Bruselas y Francfort (Banco Central Europeo) ceden ante Berlín y recurren al Fondo Monetario Internacional.

<p>A criterio de observadores brit&aacute;nicos, franceses y escandinavos, el desenlace de esta reuni&oacute;n &ldquo;parece un imposible ret&oacute;rico, un ox&iacute;moron&rdquo; apuntaba el economista Alberto Curzio. Otros lo vinculan a la ausencia de personalidades relevantes en las propias instituciones y los pa&iacute;ses fuertes de la UE o la Eurozona.<br />
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En ese contexto, se&ntilde;alaba el columnista escoc&eacute;s Niall Ferguson, &ldquo;el entendimiento francoalem&aacute;n es un gesto pour la galerie, una forma de disimular que no se sabe c&oacute;mo afrontar la crisis de bolsillo griega&rdquo;. Por ende, mientras Estados Unidos o Rusia tienen actitudes pragm&aacute;ticas, &ldquo;los europeos navegan &ndash;opina Jeffrey Sachs- entre la mediocridad comunitaria y el electoralismo de los socios principales&rdquo;.<br />
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Por ende, la crisis helena fue apenas un detonante que puso en evidencia antiguas debilidades (Maastricht, 1992) y confusiones de la uni&oacute;n monetaria (1999). Por otra parte, la cumbre de Bruselas no logra disimular fisuras en la alianza francoalemana. Tampoco es posible esconder bajo la alfombra la crisis portuguesa o la imposibilidad para Nicolas Sarkozy &ndash;golpeado por una doble derrota electoral- y Jos&eacute; Luis Rodr&iacute;guez Zapatero de convocar una &ldquo;cumbre chica&rdquo; el mi&eacute;rcoles.<br />
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Espa&ntilde;a ten&iacute;a sus propios motivos para ese intento. Portugal puede destapar la olla ib&eacute;rica y pulverizar cuanto le queda a Zapatero de imagen p&uacute;blica. Una mezcla de esos factores, despu&eacute;s de este encuentro (que no logra generar un &ldquo;fondo monetario europeo&rdquo;), pone al BCE y su moneda como reh&eacute;n para el FMI. <br />
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Tampoco se espera gran cosa de Jos&eacute; Manoel Dur&#7853;o Barroso (comisi&oacute;n europea), Herman van Rompuy (consejo europeo) ni Jean-Claude Juncker (Eurogrupo). Al cabo, son tres funcionarios cuya yuxtaposici&oacute;n subraya la crisis de fondo que Bruselas trata de mantener bajo control. <br />
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