WorldCom: acuerdo con acreedores para salir del concurso

WorldCom, segunda telefónica de larga distancia en Estados Unidos, anunció haber llegado a acuerdo con los acreedores sobre su reorganización. Ello le permitirá emerger de la convocatoria hacia octubre próximo, aunque con otro nombre.

15 abril, 2003

La empresa sometió ayer al tribunal de quiebras neoyorquino una propuesta que, amén de reorganización, implica depreciar el valor en libros y el endeudamiento. El primero baja de US$ 103.800 millones (al momento de entrar en concurso, julio de 2002) a 12.000 millones; es decir, 91,3%. El pasivo se achica a unos 5.000 millones, contra los US$ 30.000 millones al momento de ampararse en el título XI de la ley federal de bancarrotas, en medio de una escándalo contable que llegó a involucrar más de US$ 11.000 millones en asientos ficticios.

El programa de rescate fue obra de Michael Capellas, ex CEO de Compaq Computer, y constituye otro revés para rivales como AT&T y Sprint, que debieron competir con una firma que simulaba ganancias. Obviamente, la deuda de la futura compañía –volverá a llamarse Mobile Communications International, MCI- será una fracción de las que tienen AT&T o Sprint, lo cual le permitirá iniciar otra guerra de precios y ganar abonados.

Allá por 1998, la entonces flamante WorldCom valía US$ 180.000 millones en el mercado y, al estallar su crisis, transportaba por sus redes casi la mitad del tráfico mundial en Internet. Sus activos se valuaban en US$ 107.000 millones y, según la solicitud de quiebra, tenía pasivos por US$ 41.000 millones. En la actualidad, las acciones WorldCom virtualmente no valen nada y serán canjeados por otros papeles.

Antes de elevar el plan Capellas, la empresa designó como director financiero a Robert Blakely, miembro de la Junta de Normas Contables (FASB). Este experto ya desempeñó funciones similares en Tenneco, Lyondell Chemical y Morgan Stanley.

La empresa sometió ayer al tribunal de quiebras neoyorquino una propuesta que, amén de reorganización, implica depreciar el valor en libros y el endeudamiento. El primero baja de US$ 103.800 millones (al momento de entrar en concurso, julio de 2002) a 12.000 millones; es decir, 91,3%. El pasivo se achica a unos 5.000 millones, contra los US$ 30.000 millones al momento de ampararse en el título XI de la ley federal de bancarrotas, en medio de una escándalo contable que llegó a involucrar más de US$ 11.000 millones en asientos ficticios.

El programa de rescate fue obra de Michael Capellas, ex CEO de Compaq Computer, y constituye otro revés para rivales como AT&T y Sprint, que debieron competir con una firma que simulaba ganancias. Obviamente, la deuda de la futura compañía –volverá a llamarse Mobile Communications International, MCI- será una fracción de las que tienen AT&T o Sprint, lo cual le permitirá iniciar otra guerra de precios y ganar abonados.

Allá por 1998, la entonces flamante WorldCom valía US$ 180.000 millones en el mercado y, al estallar su crisis, transportaba por sus redes casi la mitad del tráfico mundial en Internet. Sus activos se valuaban en US$ 107.000 millones y, según la solicitud de quiebra, tenía pasivos por US$ 41.000 millones. En la actualidad, las acciones WorldCom virtualmente no valen nada y serán canjeados por otros papeles.

Antes de elevar el plan Capellas, la empresa designó como director financiero a Robert Blakely, miembro de la Junta de Normas Contables (FASB). Este experto ya desempeñó funciones similares en Tenneco, Lyondell Chemical y Morgan Stanley.

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