Sigue la guerra entre el gobierno y Royal Dutch/Shell

Ahora, la multinacional angloholandesa denuncia que le frenan exportaciones por más de US$ 70 millones. Eso se suma al pedido de prisión para Juan José Aranguren y el directorio de la filial argentina.

29 agosto, 2007

Lo segundo fue ratificado por Guillermo Moreno, secretario de comercio interior –al menos hasta el 19 de diciembre- ante el juez federal Marcelo Aguinsky. De ser verdad lo de las exportaciones, se inscribiría en una serie de escaramuzas iniciada con el boicot -declarado en 2005 por Néstor Kirchner-, luego de que la compañía presentase un gasoil más caro.

No fue una idea original ni inteligente, pero reflejaba la enemistad casi personal entre Aranguren y el presidente. Medios allegados al sector privado –no a la empresa- señalan, al respecto, que las relaciones son mejores con Cristina K., eventual sucesora de su combativo cónyuge. Por de pronto, probablemente varios pingüinos poco presentables no sobrevivan en el futuro gabinete.

Según RD/S, Moreno le retacea autorización para colocar en el exterior 120.000 litros de nafta, equivalentes a la carga de mil estaciones de servicio. Esta actividad es clave del negocio en Argentina y, a los actuales precios internacionales, implica más de US$ 70 millones. Pero no es gran cosa si se recuerda que el grupo factura anualmente unos US$ 300.000 millones, en una actividad proclive a poner dividendos por encima de reinversiones.

Sin abandonar su tono desafiante, Aranguren denuncia: “tenemos solicitudes pendientes desde junio, pese a haber cumplido con todos los reglamentos vigentes. Pero no nos dan el permiso”. También ayer, Moreno requirió del magistrado aceptarlo como querellante. No obstante, si las cosas se prolongan más allá del cambio de gobierno o la ofensiva hace agua, el actual funcionario quedará expuesto a las represalias judiciales de Aranguren.

Lo segundo fue ratificado por Guillermo Moreno, secretario de comercio interior –al menos hasta el 19 de diciembre- ante el juez federal Marcelo Aguinsky. De ser verdad lo de las exportaciones, se inscribiría en una serie de escaramuzas iniciada con el boicot -declarado en 2005 por Néstor Kirchner-, luego de que la compañía presentase un gasoil más caro.

No fue una idea original ni inteligente, pero reflejaba la enemistad casi personal entre Aranguren y el presidente. Medios allegados al sector privado –no a la empresa- señalan, al respecto, que las relaciones son mejores con Cristina K., eventual sucesora de su combativo cónyuge. Por de pronto, probablemente varios pingüinos poco presentables no sobrevivan en el futuro gabinete.

Según RD/S, Moreno le retacea autorización para colocar en el exterior 120.000 litros de nafta, equivalentes a la carga de mil estaciones de servicio. Esta actividad es clave del negocio en Argentina y, a los actuales precios internacionales, implica más de US$ 70 millones. Pero no es gran cosa si se recuerda que el grupo factura anualmente unos US$ 300.000 millones, en una actividad proclive a poner dividendos por encima de reinversiones.

Sin abandonar su tono desafiante, Aranguren denuncia: “tenemos solicitudes pendientes desde junio, pese a haber cumplido con todos los reglamentos vigentes. Pero no nos dan el permiso”. También ayer, Moreno requirió del magistrado aceptarlo como querellante. No obstante, si las cosas se prolongan más allá del cambio de gobierno o la ofensiva hace agua, el actual funcionario quedará expuesto a las represalias judiciales de Aranguren.

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