Tepco: un escándalo estilo Enron, a la japonesa

Tokyo Electric Power Co –primera firma japonesa de energía nuclear- confesó haber adulterado datos sobre seguridad de reactores. En algunos casos, desde los 80. Esto afecta a 828.000 accionistas y la salud de la población entera.

4 septiembre, 2002

“Es como si Enron hubiese estado operando a su manera la usina de Three
Mile Island
“, comentaba anoche por TV un columnista bursátil
neoyorquino. Minutos antes, trascendían las renuncias de Nobuya Minami
(administrador delegado), Hiroshi Araki -su segundo- y tres directivos más
de la empresa, mejor conocida por la sigla Tepco.

Tepco figura entre “las 500” de Fortune, en el puesto octogésimo,
con ingresos por US$ 41.750 millones. El escándalo involucra falsificaciones
entre 1986 y 1993, lapso que varía según la fuente. La compañía
había ocultado o adulterado por lo menos veintinueve informes sobre fallas,
defectos y fisuras en los reactores, todo producidos por técnicos de
General Electric (división servicios).

Aunque todavía no se habla de asientos contables ni otros trucos, la
mera omisión de tantos informes en una larga serie de balances constituye
una forma de fraude penada por las leyes en Japón. Por otra parte, las
revelaciones están castigando las acciones y, con ellas, el valor de
Tepco en mercado. Pero esto no acaba ahí, porque pone en tela de juicio
de la continuidad misma de la energía nuclear, en un país que
no olvida los efectos posteriores a las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki.

“Es como si Enron hubiese estado operando a su manera la usina de Three
Mile Island
“, comentaba anoche por TV un columnista bursátil
neoyorquino. Minutos antes, trascendían las renuncias de Nobuya Minami
(administrador delegado), Hiroshi Araki -su segundo- y tres directivos más
de la empresa, mejor conocida por la sigla Tepco.

Tepco figura entre “las 500” de Fortune, en el puesto octogésimo,
con ingresos por US$ 41.750 millones. El escándalo involucra falsificaciones
entre 1986 y 1993, lapso que varía según la fuente. La compañía
había ocultado o adulterado por lo menos veintinueve informes sobre fallas,
defectos y fisuras en los reactores, todo producidos por técnicos de
General Electric (división servicios).

Aunque todavía no se habla de asientos contables ni otros trucos, la
mera omisión de tantos informes en una larga serie de balances constituye
una forma de fraude penada por las leyes en Japón. Por otra parte, las
revelaciones están castigando las acciones y, con ellas, el valor de
Tepco en mercado. Pero esto no acaba ahí, porque pone en tela de juicio
de la continuidad misma de la energía nuclear, en un país que
no olvida los efectos posteriores a las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki.

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