Standard & Poors le bajó la nota al grupo Sony

En tono agresivo, el “Financial Times” sostiene que Sony “ya no es lo que era”. Por vez primera en diez años, S&P le redujo la calificación, porque su negocio electrónico marcha mal. De paso, el periódico editorializó contra Japón mismo.

29 noviembre, 2004

La evaluadora de riesgos financieros pasó el grupo de A+ a A y señaló que sus perspectivas son inciertas a largo plazo. Naturalmente, aludía a la división de equipos electrónicos de uso final. Sus malos resultados financieros –los dos últimos trimestres- reflejan cierto retroceso en el mercado global, debido a la feroz competencia imperante.

Pese al impulso dado a los dispositivos manuales múltiples e inteligentes (vía alianza Sony-Ericsson), los electrónicos siguen siendo el núcleo de la empresa. Sea como fuere, Sony analiza una restructuración operativa de amplios alcances.

“La baja de nota y el horizonte negativo reflejan la menor rentabilidad del grupo, originada en una guerra de precios. Eso –señala Osamu Kobayachi, analista de S&P- genera incertidumbres sobre posibilidades de que la firma mejore en forma sostenida su capacidad de generar utilidades”. Aunque la empresa trate de poner al mal tiempo buena cara, la medida de S&P la ha desconcertado.

Sin embargo, antes de conocerse la baja de calificación, Sony había reconocido tener problemas. “Francamente, me decepciona el desempeño de la división electrónica”, confesada Katsumi Iharam director financiero del grupo. Pero todo eso es síntoma de un fenómeno subyacente: varios segmentos del mercado maduran a ritmo acelerado y equipos otrora considerados como innovaciones tecnológicas pasan a ser bienes básicos.

En otras palabras, el precio se convierte en determinante de la compra. Con un dólar a menos de 105 yenes, entonces, la competencia abandona la novedad como rasgo atractivo y se centra eb precios. Especialmente fuera de Japón.

La evaluadora de riesgos financieros pasó el grupo de A+ a A y señaló que sus perspectivas son inciertas a largo plazo. Naturalmente, aludía a la división de equipos electrónicos de uso final. Sus malos resultados financieros –los dos últimos trimestres- reflejan cierto retroceso en el mercado global, debido a la feroz competencia imperante.

Pese al impulso dado a los dispositivos manuales múltiples e inteligentes (vía alianza Sony-Ericsson), los electrónicos siguen siendo el núcleo de la empresa. Sea como fuere, Sony analiza una restructuración operativa de amplios alcances.

“La baja de nota y el horizonte negativo reflejan la menor rentabilidad del grupo, originada en una guerra de precios. Eso –señala Osamu Kobayachi, analista de S&P- genera incertidumbres sobre posibilidades de que la firma mejore en forma sostenida su capacidad de generar utilidades”. Aunque la empresa trate de poner al mal tiempo buena cara, la medida de S&P la ha desconcertado.

Sin embargo, antes de conocerse la baja de calificación, Sony había reconocido tener problemas. “Francamente, me decepciona el desempeño de la división electrónica”, confesada Katsumi Iharam director financiero del grupo. Pero todo eso es síntoma de un fenómeno subyacente: varios segmentos del mercado maduran a ritmo acelerado y equipos otrora considerados como innovaciones tecnológicas pasan a ser bienes básicos.

En otras palabras, el precio se convierte en determinante de la compra. Con un dólar a menos de 105 yenes, entonces, la competencia abandona la novedad como rasgo atractivo y se centra eb precios. Especialmente fuera de Japón.

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