Reforman normas sobre las plataformas marinas
Un año después de la tragedia en Macondo, que dejó once muertos y arrojó al golfo de México millones de barriles de crudos, la agencia federal responsable del tema ha sido reorganizada. Cambió de nombre y, lo más relevante, de director general.
19 abril, 2011
<p>Su objeto es aplicar regulaciones más estrictas en cuanto a seguridad de perforaciones submarinas. También se busca poner distancia entre la “nueva” repartición y la codiciosa, poco diáfana industria a la cual, se supone, le ajustará las clavijas. Esto incluye poderosos cabildeos.<br />
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¿Será realmente así? Probablemente, no. Aun quienes conducen hoy la cacofónica “oficina para gestionar energía oceánica, regularla y aplicarla” (<em>Bureau of Ocean Energy Management</em>, <em>Regulation and Enforcement</em>, BOEMRE) admiten que les llevará años poner en línea un sólido régimen regulatorio. Su propósito no es fácil: reducir riesgos laborales y ambientales sin perturbar las exploraciones submarinas.<br />
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“Estamos bastante más seguros que hace un año”, afirma Kenneth Salazar, secretario de interior que supervisa la MMS. “Pero sabemos que resta muchísimo por hacer y afrontamos enemigos de cuidado”. <br />
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Los capitostes del negocio y sus tenaces aliados en el Congreso ya salen a criticar el nuevo esquema y a su promotor, el presidente Barack Obama. Según el <em>lobby</em>, el gobierno federal pierde de vista una misión fundamental para la industria. A saber, impulsar el desarrollo de los hidrocarburos submarinos; especialmente el gas natural.<br />
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A su vez, los ambientalistas opinan que la impronunciable oficina está limitándose a cambios cosméticos y no siguen de cerca a aquellos a quienes debiera vigilar y regular. Su propio director, Michael Bromwich –como Salazar- coincide parcialmente con esa visión pesimista. En efecto, “las complejidades presuponen una estrecha supervisión cuyas exigencias técnicas demandarán tiempo para establecerlas y controlarlas”.<br />
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Por ejemplo, los sistemas actuales para prevenir explosiones, como la ocurrida en la <em>Deepwater Horizon</em>, siguen incapaces de manejar rupturas de pozos similares a las tres de<em> British Petroleum</em>. De acuerdo con la propia industria, la tecnología continúa en el túnel del tiempo.</p>
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