El credo de Anita Roddick

Anita Roddick, fundadora de The Body Shop, acaba de introducir un cambio fundamental en su compañía al cambiar la estructura del directorio. En entrevista a The Observer reflexiona sobre qué es ser una entrepreneur.

13 marzo, 2002

Algún día alguien va a escribir la verdad sobre cómo es eso de ser una entrepreneur. No es algo que se aprenda, y tampoco se relaciona con hacer plata. Los entrepreneurs estamos obsesionados con la libertad, somos “extraños” en el mundo de los negocios.

Eso explica por qué los inmigrantes fueron con frecuencia los mejores entrepreneurs. Nos obsesiona la visión de una idea y somos patológicamente optimistas. No nos entusiasman los procesos, los planes o las estrategias.

En lo personal, nunca me interesó convertirme en una “gran jefa”. Pero de alguna forma nosotros – y eso incluye al personal, a los clientes y a los franquiciados – hemos creado algo que se convirtió en 2.000 negocios en 50 países. Cómo ocurrió no lo sé con seguridad. Yo nunca fui a una escuela de negocios ni leí ningún texto de economía sobre el tema. Yo creía que un negocio implicaba comprar y vender, y no alguna complicada ciencia financiera.

Pero aunque hubiera estudiado, y aunque hubiera hecho mi Master en Administración de Empresas, no creo que me habría ayudado en mucho. No creo que haya un libro que diga cómo dirigir una empresa con principios éticos y basándose en el entusiasmo y la creatividad.
Estoy profundamente convencida de que hay una manera mejor de hacer negocios.

Creo que es posible comerciar éticamente y comprometerse con un objetivo de responsabilidad social global. Creo que es posible reescribir las reglas.

Sobre todo, creo que mi ignorancia de teoría del management fue muy importante. Yo no me atuve a las reglas porque no sabía que existían. El principal factor de nuestro éxito fue nuestra misma diferencia.

Opiniones de Anita Roddick
extractadas de entrevista concedida a
The Observer

Algún día alguien va a escribir la verdad sobre cómo es eso de ser una entrepreneur. No es algo que se aprenda, y tampoco se relaciona con hacer plata. Los entrepreneurs estamos obsesionados con la libertad, somos “extraños” en el mundo de los negocios.

Eso explica por qué los inmigrantes fueron con frecuencia los mejores entrepreneurs. Nos obsesiona la visión de una idea y somos patológicamente optimistas. No nos entusiasman los procesos, los planes o las estrategias.

En lo personal, nunca me interesó convertirme en una “gran jefa”. Pero de alguna forma nosotros – y eso incluye al personal, a los clientes y a los franquiciados – hemos creado algo que se convirtió en 2.000 negocios en 50 países. Cómo ocurrió no lo sé con seguridad. Yo nunca fui a una escuela de negocios ni leí ningún texto de economía sobre el tema. Yo creía que un negocio implicaba comprar y vender, y no alguna complicada ciencia financiera.

Pero aunque hubiera estudiado, y aunque hubiera hecho mi Master en Administración de Empresas, no creo que me habría ayudado en mucho. No creo que haya un libro que diga cómo dirigir una empresa con principios éticos y basándose en el entusiasmo y la creatividad.
Estoy profundamente convencida de que hay una manera mejor de hacer negocios.

Creo que es posible comerciar éticamente y comprometerse con un objetivo de responsabilidad social global. Creo que es posible reescribir las reglas.

Sobre todo, creo que mi ignorancia de teoría del management fue muy importante. Yo no me atuve a las reglas porque no sabía que existían. El principal factor de nuestro éxito fue nuestra misma diferencia.

Opiniones de Anita Roddick
extractadas de entrevista concedida a
The Observer

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