PwC critica públicamente a Deloitte Touche Tohmatsu

Samuel DiPiazza, CEO de PricewaterhouseCoopers (PwC) salió a criticar públicamente una reciente decisión de Deloitte Touche Tohmatsu (DTT). La actitud casi no tiene precedentes en el mundillo de los estudios contables y auditores.

4 abril, 2003

La máxima autoridad ejecutiva del mayor estudio contable en el mundo afirmó que, al dejar sin efecto –días atrás- la separación entre actividades específicas y consultoría, DTT “atenta contra los esfuerzos del sector para recobrar la confianza de público y clientes en nuestra integridad profesional”. La dureza de estas expresiones sorprendió a casi todos, inclusive Wall Street.

A juicio de DiPiazza, “la actitud de PwC emite un mensaje contraproducentes a autoridades, medios y accionistas”. Por cierto, DTT –el tercero de los “cuatro grandes”- queda al margen de una política adoptada por PwC, KPMG y Ernst & Young. Por otra parte, la escisión del negocio consultor obedece a sugerencias de la Securities & Exchange Commission y la Junta de Normas Contables (FASB).

Esencialmente, la reorganización de los estudios contables y auditores encaja en el espíritu de la ley Sarbanes-Oxley. Pero DTT emula a las firmas de valores que todavía se resisten a desprenderse de sus negocios como bancas de inversión. En ambos casos, la duplicidad ha llevado a conflictos de intereses, asesoramiento interesado y falta de transparencia. “Me asombra –dijo DiPiazza- que Deloiite explique su actitud como forma de no perder ingresos ni utilidades”.

En general, los estudios contables, auditores y jurídicos no suelen ventilar públicamente sus divergencias. Además, las críticas de DiPiazza parecen haber sido previamente consultadas con KPMG y E&Y. Algunos veteranos de la rueda atribuyen la reacción de PwC a la necesidad de tomar distancia respecto de escándalos contables que no paran desde diciembre de 2001 (Enron). En el caso actual de DTT, se ha cuestionado su tolerancia a maniobras contables de US Foodservices (grupo Ahold).

De cualquier modo, la Sarbanes-Oxley y sus leyes complementarias “ya han limitado la gama de servicios adicionales que los estudios pueden ofrecer a clientes de auditoría y nosotros las hemos acatado”, replicó anoche DTT. En cuanto a DiPiazza, aclaró que no cuestionaba la profesionalidad de su competidor, sino su política.

La máxima autoridad ejecutiva del mayor estudio contable en el mundo afirmó que, al dejar sin efecto –días atrás- la separación entre actividades específicas y consultoría, DTT “atenta contra los esfuerzos del sector para recobrar la confianza de público y clientes en nuestra integridad profesional”. La dureza de estas expresiones sorprendió a casi todos, inclusive Wall Street.

A juicio de DiPiazza, “la actitud de PwC emite un mensaje contraproducentes a autoridades, medios y accionistas”. Por cierto, DTT –el tercero de los “cuatro grandes”- queda al margen de una política adoptada por PwC, KPMG y Ernst & Young. Por otra parte, la escisión del negocio consultor obedece a sugerencias de la Securities & Exchange Commission y la Junta de Normas Contables (FASB).

Esencialmente, la reorganización de los estudios contables y auditores encaja en el espíritu de la ley Sarbanes-Oxley. Pero DTT emula a las firmas de valores que todavía se resisten a desprenderse de sus negocios como bancas de inversión. En ambos casos, la duplicidad ha llevado a conflictos de intereses, asesoramiento interesado y falta de transparencia. “Me asombra –dijo DiPiazza- que Deloiite explique su actitud como forma de no perder ingresos ni utilidades”.

En general, los estudios contables, auditores y jurídicos no suelen ventilar públicamente sus divergencias. Además, las críticas de DiPiazza parecen haber sido previamente consultadas con KPMG y E&Y. Algunos veteranos de la rueda atribuyen la reacción de PwC a la necesidad de tomar distancia respecto de escándalos contables que no paran desde diciembre de 2001 (Enron). En el caso actual de DTT, se ha cuestionado su tolerancia a maniobras contables de US Foodservices (grupo Ahold).

De cualquier modo, la Sarbanes-Oxley y sus leyes complementarias “ya han limitado la gama de servicios adicionales que los estudios pueden ofrecer a clientes de auditoría y nosotros las hemos acatado”, replicó anoche DTT. En cuanto a DiPiazza, aclaró que no cuestionaba la profesionalidad de su competidor, sino su política.

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