Planes indefinidos
La revitalización en el sector de la construcción reactivó la actividad

Las medidas concretas de la nueva etapa suenan, como mínimo, débiles e insuficientes. Mayoral menciona la puesta en marcha del Plan Nacional de Huellas Mineras con lógica productiva, algo que facilitaría la optimización de los recursos.

21 julio, 2002

“Nosotros tenemos la obligación de hacer un buen uso de ellos y
para eso tenemos que sumar, a nuestra visión, la de aquellos que producen
y la de los responsables en cada una de las provincias”, puntualiza. Para
la implementación del programa, el funcionario explica que se reunirá
de manera periódica con el Consejo Asesor Productivo Minero (o Caseprod),
para escuchar a los referentes de los distintos sectores productivos regionales.
“Será como una caja de resonancia, una gran mesa, que se conformará
en el seno de la secretaría y de la que participarán ad honorem
los principales protagonistas del sector”, explica el funcionario.

Otra de las medidas, también en relación con la infraestructura,
es definir corredores especiales que permitan un transporte más eficaz
y más económico. Para Mayoral este tema debe concebirse “en
términos de intermodalidad, integrando lo mejor de cada sistema de transporte”.

Tassile señala que todavía no han tenido ningún encuentro
con De Vido. De todas formas, señala que sí se ha reunido con
Alejandro Sunico, presidente del Cofemin y representante de la provincia de
Santa Cruz. Aunque aun el ministro no ha expresado cuáles serán
las políticas que caracterizarán al sector durante esta nueva
etapa, Tassile da a entender que si bien se ha jerarquizado Minería,
el funcionario a cargo del área no ha cambiado respecto de la gestión
anterior.

Oportunidades y sector externo

La reactivación que comenzó a insinuarse a fines del año
pasado en el área de la construcción, dio paso a la revitalización
del sector minero, puesto que entre sus mayores insumos figuran materiales como
la cal, los ladrillos y la arena, y rocas de aplicación como el mármol
y el granito. “Cuando se reactiva la construcción, la minería
es la primera que empieza a sentirlo”, sintetiza Guerrero. Sin embargo,
señala que el nivel de demanda de cemento todavía no es el ideal
y presenta una importante capacidad ociosa. “Sucede que la industria del
cemento en Argentina experimentó una singular reconversión que
la puso al nivel de las más importantes del mundo de acuerdo con la fenomenal
capacidad que hoy exhibe”, agrega.

Según Guerrero, en la actualidad, el agro aparece como un socio muy importante
para la minería, puesto que muchos de los insumos que utilizan para la
siembra directa tienen algunos componentes minerales, como por ejemplo cales,
yesos y calizas. Los productores agrarios recurren a este tipo de minerales
para usarlos como correctores o enmiendas del suelo que resulta afectado por
el uso de fertilizantes y, con esos correctores, es posible recuperar el rendimiento
original.

El secretario de Minería asevera que hoy por hoy se observan excelentes
oportunidades para el desarrollo del negocio de los minerales industriales y
las rocas de ornamentación, fundamentalmente a partir de la sustitución
de importaciones y de la exportación a los países vecinos. Asimismo,
menciona que diversos productos (como los pórfidos, granito, dolomitas
y boratos, por ejemplo) son exportados a países que hasta ahora no habían
sido compradores convencionales, como es el caso de Australia, Europa y el este
de Asia.

Por su parte, Guerrero señala que para que la sustitución de importaciones
sea una realidad, no alcanza con las intenciones y silabea “com-pe-ti-ti-vi-dad”.
Y completa que para eso es necesario poner en el mercado un producto en las
condiciones que lo exige la demanda: “Calidad, tiempo, cantidad y que sea
un verdadero sustituto”. Al respecto, el Instituto de Tecnología
Minera del Segemar (o Intemin), que funciona en los predios del Instituto de
Tecnología Industrial, brinda al sector local asistencia técnica
y capacitación en el desarrollo de tecnología, por ejemplo.

Ahora, ¿cómo hacer para interesar en el sector a las grandes empresas
o grupos económicos para que se sientan atraídas por una actividad
rentable como la minería? Mayoral lo asume como un desafío, aunque
asegura que “está empezando a notarse la presencia de actores hasta
hoy ajenos al sector”. En sus planes está la idea de que la minería
forme parte de los suplementos económicos de los principales diarios
(nacionales e internacionales) y “generar políticas activas comunicacionales,
algo que en la actualidad se hace en el face to face, en los seminarios
y a través de las cámaras de representación gremial empresariales”.

En cuanto al sector externo, Mayoral indica que existe una relación muy
estrecha con las embajadas. “Tenemos un fuerte contacto con la embajada
de Canadá, con la de Australia y en general con las de aquellos países
que tienen inversores importantes en el país”, apunta.

Para Tassile, una de las grandes deficiencias es partir de la oferta. “Yo
creo que hay que partir de la demanda”, afirma. Y continúa: “A
mi criterio, que hay que analizar en detalle cuáles son las demandas
en el mercado externo, bajo qué características y qué calidades.
Eso nos permitiría adecuar nuestra propia oferta, porque podemos tener
muchísimos prospectos (aproximaciones sobre el terreno para detectar
yacimientos) pero resulta que no es lo que el mundo quiere comprar. A partir
de allí, entonces, debemos generar los proyectos para el desarrollo y
la producción de cada una de las sustancias demandadas”.

El papel del Estado

Durante los ´90, a la provincia de Santa Cruz le toco ser la oveja negra en
el contexto del proceso de liberalización del mercado y retracción
del Estado que experimentó el sector minero. El entonces gobernador de
esa provincia patagónica y uno de sus más confiables colaboradores
fueron los artífices de un Estado que se caracterizó por llevar
a cabo políticas activas y promover el desarrollo de múltiples
actividades productivas. Ambos santacruceños hoy están al frente
del gobierno nacional y cabe esperar un esquema similar al puesto en marcha
en aquel entonces.

Al respecto, Mayoral coincide con esa concepción. Para él, el
Estado “debe trabajar fuertemente como promotor del desarrollo y ser el
garante en términos jurídicos y normativos, para poder ofrecer
previsibilidad a los potenciales inversores”. Asimismo asigna un rol esencial
al Segemar, “la institución que siempre tiene que estar muy cerca
del quehacer productivo, explorativo y prospectivo y, fundamentalmente, cerca
de las Pymes”.

Hasta enero del año pasado, cuando Mayoral asumió como subsecretario
del área, el Segemar era conducido por un presidente, y dependía
de la Secretaría de Industria, Comercio y Minería. Desde entonces
el funcionario centralizó ambas funciones. Aunque él mismo explica
que se trató de un “proceso de reorganización interna que
responde a un viejo escenario” -el existente antes de la asunción
de Kirchner-, no queda claro si en el nuevo esquema todo volverá a la
organización tradicional.

Tassile coincide en la singular importancia que tiene el Segemar. “Hasta
ahora no hay ningún proyecto que no haya surgido del Estado. Aunque esto
no quiere decir que no haya empresas que vinieron e hicieron inversiones en
materia de exploración y análisis, pero todo a partir de una información
previa que había sido generada por el Segemar”, explica. Además,
la importancia de ese organismo radica para ella en la asistencia que ofrece
a las direcciones provinciales de minería.

En la actualidad, el Segemar tiene en ejecución más de 200 proyectos
dentro del amplio mosaico de disciplinas que conforman las actividades que desarrolla.
El actual secretario ejecutivo del organismo, Pedro Alcántara, explica
que a partir de la devaluación se ha producido un aumento de 200% en
las órdenes de los distintos laboratorios, requerimientos de Pymes mineras,
fundamentalmente, sobre minerales no metalíferos (feldespatos, bentonita,
boratos, cuarzo, diatomitas), aunque también en rocas de aplicación
y en algunos metalíferos (como oro, plata, plomo, zinc). “Esto es
muy alentador porque demuestra una reactivación en la producción
y en las exportaciones, pero lo que también se observa en el último
año es que debido al nuevo ordenamiento y lineamientos introducidos al
Segemar, ha aumentado la calidad, entrega y confiabilidad de los productores
hacia el organismo porque ven satisfechas sus demandas”, afirma.

En tanto, el Cofemin funciona como un organismo asesor de la secretaría
(en el que están representadas las 23 provincias, pero no la Ciudad de
Buenos Aires) para la definición y aplicación de las políticas.
Tassile, que llegó hace 18 años a la secretaría ejecutiva
del Consejo y se mantiene mediante elecciones, opina que también el Gobierno
nacional forma parte del organismo, al que entiende como un foro, y reclama
“mayor participación en las decisiones que toma la Nación”.

Por último, resalta el genuino carácter federal del mismo, porque
“más allá de que la atribución para fijar los marcos
de una política minera nacional está delegada en la Nación,
lo cierto es que quien ejecuta las políticas son las provincias, porque
es quien otorga los derechos, realiza los estudios de impacto ambiental, hace
el seguimiento de los proyectos”.

De cara al futuro

En síntesis la Argentina tiene en la minería una posibilidad
de desarrollo genuino, que en general afecta áreas que por sus características
y ubicación geográfica cuentan con muy pocas alternativas de desarrollo.
En la última década se produjo una gran transformación
en el enfoque hacia el sector, lo que desencadenó un importante proceso
de exploración e inversión de capitales y que posibilitó
a su vez la puesta en marcha de varios grandes yacimientos (de cobre, oro y
plata, entre otros), con gran impacto en la generación de empleo, desarrollo
de infraestructura e incremento de las exportaciones.

Sin embargo, el ciclo de exploración e inversión derivado del
nuevo marco normativo ha demostrado ser insuficiente para movilizar la totalidad
de los recursos ya identificados e incrementar la oferta minera nacional
y avanzar en la cuantificación del potencial geológico de
nuestro territorio. En el caso particular de los minerales industriales y rocas
de aplicación, vinculados con la industria local y la construcción
(donde predominan las empresas nacionales), estos elementos no fueron alcanzados
por el auge de los ´90.

A partir de la devaluación se han generado nuevas oportunidades para
exportar y sustituir importaciones que aún no han tenido el máximo
impacto posible. Adicionalmente, y como era de esperar, el incipiente desarrollo
sectorial ha incorporado a la agenda diversas cuestiones vinculadas con el medio
ambiente y la sustentabilidad que, en caso de no ser debidamente enfrentadas,
pueden poner en serio peligro los próximos emprendimientos. En los últimos
años el sector ha perdido parte de su protagonismo y las expectativas
de los ´90 no se han alcanzado en su totalidad.

La nueva administración tiene a su alcance la posibilidad de retomar
el liderazgo y consolidar un sector que sólo debería dar satisfacciones
al país. La jerarquización del área oficial a secretaría
es una buena señal. Nación y provincias han construido una política
consensuada que debe ser actualizada en el marco de los nuevos escenarios filosóficos
y macroeconómicos. Se cuenta con todos los ingredientes para convertir
a nuestro país en un importante productor minero: abundantes recursos
naturales; capitales y empresas; profesionales y diversas ventajas comparativas
coyunturales. Sin embargo, parecería faltar el plan minero nacional que
genere el rumbo estratégico que hoy parece desdibujado y así recuperar
el tiempo perdido. Si lo hubiera debería difundirse y de no ser así
es urgente elaborarlo a la brevedad.

Caso Esquel

A mediados del año pasado, la empresa Meridian
Gold (Estados Unidos) adquirió a un holding británico
argentino los derechos de un área aproximada de 1.000 hectáreas
en Esquel, Chubut, para poner en marcha una mina de oro y plata. Hasta
entonces, la empresa argentina El Desquite debió presentar y cumplir
ante el gobierno provincial, conforme las regulaciones vigentes, el estudio
de impacto ambiental exigible para aprobar la construcción y puesta
en producción del yacimiento.

Antes de que la provincia se expidiera, comenzaron a surgir en la localidad
numerosas posiciones de quienes se resistían al proyecto por los
impactos ambientales que podría causar el desarrollo de la actividad
minera en la región. Entre sus preocupaciones figuraban la posible
contaminación de las fuentes de agua potable a Esquel, la utilización
de componentes tóxicos como el cianuro, el deterioro paisajístico
y la contaminación sonora, a la vez que argumentaban que el desarrollo
económico generado sería negativo en cuanto el emprendimiento
minero desalentaría el turismo y el balance no produciría
un derrame significativo en la zona.

Los opositores al proyecto consiguieron la realización de un plebiscito
no vinculante sobre la apertura de la mina. La consulta se hizo el 23
de marzo pasado y el resultado fue abrumador: 85% de los votantes se pronunció
en contra de la iniciativa. El gobernador José Luis Lizurume decidió
frenar el proyecto y por ahora no está claro cuál será
su resolución. Por su parte, los diferentes actores consultados
por MERCADO coinciden en que los estudios realizados muestran que la mina
no traería ningún tipo de consecuencias negativas contra
el medio ambiente.

Los costos estimados para la etapa de la construcción de la mina
están estimados en US$ 166 millones y demandaría un total
de 1.200 trabajadores. Durante la etapa de producción la planta
necesitaría contratar entre 350 y 400 personas en forma directa,
mientras que produciría cerca de US$ 105 millones anuales, por
el período de una década, y el estado provincial obtendría
1,5% en concepto de canon minero.

DESARROLLO POTENCIAL A 25 AÑOS
Etapa de inversión – 5 años
Inversiones en Factibilidad: u$s 500.000.000
Inversiones en Construcción: u$s
4.500.000.000
Puestos de trabajo directos: 15.000
Puestos de trabajo indirectos: 60.000
Etapa de Producción – 20 años
Exportación anual: u$s 2.150.000.000
Ingreso anual por regalías: u$s 65.000.000
Ingreso anual por impuestos: u$s 753.000.000
Puestos de trabajo directos: 4.500
Puestos de trabajo indirectos: 27.500

INVERSION TOTAL MUNDIAL EN MINERIA
POR AREA GEOGRÁFICA
América Latina y Caribe 41%
Asia 21%
Australia 15%
América del Norte 11%
Africa 9%
Europa 3%
TOTAL PROYECTADO 2003/07:US$ 48.489
MILLONES
Fuente: Metals Economics Group

“Nosotros tenemos la obligación de hacer un buen uso de ellos y
para eso tenemos que sumar, a nuestra visión, la de aquellos que producen
y la de los responsables en cada una de las provincias”, puntualiza. Para
la implementación del programa, el funcionario explica que se reunirá
de manera periódica con el Consejo Asesor Productivo Minero (o Caseprod),
para escuchar a los referentes de los distintos sectores productivos regionales.
“Será como una caja de resonancia, una gran mesa, que se conformará
en el seno de la secretaría y de la que participarán ad honorem
los principales protagonistas del sector”, explica el funcionario.

Otra de las medidas, también en relación con la infraestructura,
es definir corredores especiales que permitan un transporte más eficaz
y más económico. Para Mayoral este tema debe concebirse “en
términos de intermodalidad, integrando lo mejor de cada sistema de transporte”.

Tassile señala que todavía no han tenido ningún encuentro
con De Vido. De todas formas, señala que sí se ha reunido con
Alejandro Sunico, presidente del Cofemin y representante de la provincia de
Santa Cruz. Aunque aun el ministro no ha expresado cuáles serán
las políticas que caracterizarán al sector durante esta nueva
etapa, Tassile da a entender que si bien se ha jerarquizado Minería,
el funcionario a cargo del área no ha cambiado respecto de la gestión
anterior.

Oportunidades y sector externo

La reactivación que comenzó a insinuarse a fines del año
pasado en el área de la construcción, dio paso a la revitalización
del sector minero, puesto que entre sus mayores insumos figuran materiales como
la cal, los ladrillos y la arena, y rocas de aplicación como el mármol
y el granito. “Cuando se reactiva la construcción, la minería
es la primera que empieza a sentirlo”, sintetiza Guerrero. Sin embargo,
señala que el nivel de demanda de cemento todavía no es el ideal
y presenta una importante capacidad ociosa. “Sucede que la industria del
cemento en Argentina experimentó una singular reconversión que
la puso al nivel de las más importantes del mundo de acuerdo con la fenomenal
capacidad que hoy exhibe”, agrega.

Según Guerrero, en la actualidad, el agro aparece como un socio muy importante
para la minería, puesto que muchos de los insumos que utilizan para la
siembra directa tienen algunos componentes minerales, como por ejemplo cales,
yesos y calizas. Los productores agrarios recurren a este tipo de minerales
para usarlos como correctores o enmiendas del suelo que resulta afectado por
el uso de fertilizantes y, con esos correctores, es posible recuperar el rendimiento
original.

El secretario de Minería asevera que hoy por hoy se observan excelentes
oportunidades para el desarrollo del negocio de los minerales industriales y
las rocas de ornamentación, fundamentalmente a partir de la sustitución
de importaciones y de la exportación a los países vecinos. Asimismo,
menciona que diversos productos (como los pórfidos, granito, dolomitas
y boratos, por ejemplo) son exportados a países que hasta ahora no habían
sido compradores convencionales, como es el caso de Australia, Europa y el este
de Asia.

Por su parte, Guerrero señala que para que la sustitución de importaciones
sea una realidad, no alcanza con las intenciones y silabea “com-pe-ti-ti-vi-dad”.
Y completa que para eso es necesario poner en el mercado un producto en las
condiciones que lo exige la demanda: “Calidad, tiempo, cantidad y que sea
un verdadero sustituto”. Al respecto, el Instituto de Tecnología
Minera del Segemar (o Intemin), que funciona en los predios del Instituto de
Tecnología Industrial, brinda al sector local asistencia técnica
y capacitación en el desarrollo de tecnología, por ejemplo.

Ahora, ¿cómo hacer para interesar en el sector a las grandes empresas
o grupos económicos para que se sientan atraídas por una actividad
rentable como la minería? Mayoral lo asume como un desafío, aunque
asegura que “está empezando a notarse la presencia de actores hasta
hoy ajenos al sector”. En sus planes está la idea de que la minería
forme parte de los suplementos económicos de los principales diarios
(nacionales e internacionales) y “generar políticas activas comunicacionales,
algo que en la actualidad se hace en el face to face, en los seminarios
y a través de las cámaras de representación gremial empresariales”.

En cuanto al sector externo, Mayoral indica que existe una relación muy
estrecha con las embajadas. “Tenemos un fuerte contacto con la embajada
de Canadá, con la de Australia y en general con las de aquellos países
que tienen inversores importantes en el país”, apunta.

Para Tassile, una de las grandes deficiencias es partir de la oferta. “Yo
creo que hay que partir de la demanda”, afirma. Y continúa: “A
mi criterio, que hay que analizar en detalle cuáles son las demandas
en el mercado externo, bajo qué características y qué calidades.
Eso nos permitiría adecuar nuestra propia oferta, porque podemos tener
muchísimos prospectos (aproximaciones sobre el terreno para detectar
yacimientos) pero resulta que no es lo que el mundo quiere comprar. A partir
de allí, entonces, debemos generar los proyectos para el desarrollo y
la producción de cada una de las sustancias demandadas”.

El papel del Estado

Durante los ´90, a la provincia de Santa Cruz le toco ser la oveja negra en
el contexto del proceso de liberalización del mercado y retracción
del Estado que experimentó el sector minero. El entonces gobernador de
esa provincia patagónica y uno de sus más confiables colaboradores
fueron los artífices de un Estado que se caracterizó por llevar
a cabo políticas activas y promover el desarrollo de múltiples
actividades productivas. Ambos santacruceños hoy están al frente
del gobierno nacional y cabe esperar un esquema similar al puesto en marcha
en aquel entonces.

Al respecto, Mayoral coincide con esa concepción. Para él, el
Estado “debe trabajar fuertemente como promotor del desarrollo y ser el
garante en términos jurídicos y normativos, para poder ofrecer
previsibilidad a los potenciales inversores”. Asimismo asigna un rol esencial
al Segemar, “la institución que siempre tiene que estar muy cerca
del quehacer productivo, explorativo y prospectivo y, fundamentalmente, cerca
de las Pymes”.

Hasta enero del año pasado, cuando Mayoral asumió como subsecretario
del área, el Segemar era conducido por un presidente, y dependía
de la Secretaría de Industria, Comercio y Minería. Desde entonces
el funcionario centralizó ambas funciones. Aunque él mismo explica
que se trató de un “proceso de reorganización interna que
responde a un viejo escenario” -el existente antes de la asunción
de Kirchner-, no queda claro si en el nuevo esquema todo volverá a la
organización tradicional.

Tassile coincide en la singular importancia que tiene el Segemar. “Hasta
ahora no hay ningún proyecto que no haya surgido del Estado. Aunque esto
no quiere decir que no haya empresas que vinieron e hicieron inversiones en
materia de exploración y análisis, pero todo a partir de una información
previa que había sido generada por el Segemar”, explica. Además,
la importancia de ese organismo radica para ella en la asistencia que ofrece
a las direcciones provinciales de minería.

En la actualidad, el Segemar tiene en ejecución más de 200 proyectos
dentro del amplio mosaico de disciplinas que conforman las actividades que desarrolla.
El actual secretario ejecutivo del organismo, Pedro Alcántara, explica
que a partir de la devaluación se ha producido un aumento de 200% en
las órdenes de los distintos laboratorios, requerimientos de Pymes mineras,
fundamentalmente, sobre minerales no metalíferos (feldespatos, bentonita,
boratos, cuarzo, diatomitas), aunque también en rocas de aplicación
y en algunos metalíferos (como oro, plata, plomo, zinc). “Esto es
muy alentador porque demuestra una reactivación en la producción
y en las exportaciones, pero lo que también se observa en el último
año es que debido al nuevo ordenamiento y lineamientos introducidos al
Segemar, ha aumentado la calidad, entrega y confiabilidad de los productores
hacia el organismo porque ven satisfechas sus demandas”, afirma.

En tanto, el Cofemin funciona como un organismo asesor de la secretaría
(en el que están representadas las 23 provincias, pero no la Ciudad de
Buenos Aires) para la definición y aplicación de las políticas.
Tassile, que llegó hace 18 años a la secretaría ejecutiva
del Consejo y se mantiene mediante elecciones, opina que también el Gobierno
nacional forma parte del organismo, al que entiende como un foro, y reclama
“mayor participación en las decisiones que toma la Nación”.

Por último, resalta el genuino carácter federal del mismo, porque
“más allá de que la atribución para fijar los marcos
de una política minera nacional está delegada en la Nación,
lo cierto es que quien ejecuta las políticas son las provincias, porque
es quien otorga los derechos, realiza los estudios de impacto ambiental, hace
el seguimiento de los proyectos”.

De cara al futuro

En síntesis la Argentina tiene en la minería una posibilidad
de desarrollo genuino, que en general afecta áreas que por sus características
y ubicación geográfica cuentan con muy pocas alternativas de desarrollo.
En la última década se produjo una gran transformación
en el enfoque hacia el sector, lo que desencadenó un importante proceso
de exploración e inversión de capitales y que posibilitó
a su vez la puesta en marcha de varios grandes yacimientos (de cobre, oro y
plata, entre otros), con gran impacto en la generación de empleo, desarrollo
de infraestructura e incremento de las exportaciones.

Sin embargo, el ciclo de exploración e inversión derivado del
nuevo marco normativo ha demostrado ser insuficiente para movilizar la totalidad
de los recursos ya identificados e incrementar la oferta minera nacional
y avanzar en la cuantificación del potencial geológico de
nuestro territorio. En el caso particular de los minerales industriales y rocas
de aplicación, vinculados con la industria local y la construcción
(donde predominan las empresas nacionales), estos elementos no fueron alcanzados
por el auge de los ´90.

A partir de la devaluación se han generado nuevas oportunidades para
exportar y sustituir importaciones que aún no han tenido el máximo
impacto posible. Adicionalmente, y como era de esperar, el incipiente desarrollo
sectorial ha incorporado a la agenda diversas cuestiones vinculadas con el medio
ambiente y la sustentabilidad que, en caso de no ser debidamente enfrentadas,
pueden poner en serio peligro los próximos emprendimientos. En los últimos
años el sector ha perdido parte de su protagonismo y las expectativas
de los ´90 no se han alcanzado en su totalidad.

La nueva administración tiene a su alcance la posibilidad de retomar
el liderazgo y consolidar un sector que sólo debería dar satisfacciones
al país. La jerarquización del área oficial a secretaría
es una buena señal. Nación y provincias han construido una política
consensuada que debe ser actualizada en el marco de los nuevos escenarios filosóficos
y macroeconómicos. Se cuenta con todos los ingredientes para convertir
a nuestro país en un importante productor minero: abundantes recursos
naturales; capitales y empresas; profesionales y diversas ventajas comparativas
coyunturales. Sin embargo, parecería faltar el plan minero nacional que
genere el rumbo estratégico que hoy parece desdibujado y así recuperar
el tiempo perdido. Si lo hubiera debería difundirse y de no ser así
es urgente elaborarlo a la brevedad.

Caso Esquel

A mediados del año pasado, la empresa Meridian
Gold (Estados Unidos) adquirió a un holding británico
argentino los derechos de un área aproximada de 1.000 hectáreas
en Esquel, Chubut, para poner en marcha una mina de oro y plata. Hasta
entonces, la empresa argentina El Desquite debió presentar y cumplir
ante el gobierno provincial, conforme las regulaciones vigentes, el estudio
de impacto ambiental exigible para aprobar la construcción y puesta
en producción del yacimiento.

Antes de que la provincia se expidiera, comenzaron a surgir en la localidad
numerosas posiciones de quienes se resistían al proyecto por los
impactos ambientales que podría causar el desarrollo de la actividad
minera en la región. Entre sus preocupaciones figuraban la posible
contaminación de las fuentes de agua potable a Esquel, la utilización
de componentes tóxicos como el cianuro, el deterioro paisajístico
y la contaminación sonora, a la vez que argumentaban que el desarrollo
económico generado sería negativo en cuanto el emprendimiento
minero desalentaría el turismo y el balance no produciría
un derrame significativo en la zona.

Los opositores al proyecto consiguieron la realización de un plebiscito
no vinculante sobre la apertura de la mina. La consulta se hizo el 23
de marzo pasado y el resultado fue abrumador: 85% de los votantes se pronunció
en contra de la iniciativa. El gobernador José Luis Lizurume decidió
frenar el proyecto y por ahora no está claro cuál será
su resolución. Por su parte, los diferentes actores consultados
por MERCADO coinciden en que los estudios realizados muestran que la mina
no traería ningún tipo de consecuencias negativas contra
el medio ambiente.

Los costos estimados para la etapa de la construcción de la mina
están estimados en US$ 166 millones y demandaría un total
de 1.200 trabajadores. Durante la etapa de producción la planta
necesitaría contratar entre 350 y 400 personas en forma directa,
mientras que produciría cerca de US$ 105 millones anuales, por
el período de una década, y el estado provincial obtendría
1,5% en concepto de canon minero.

DESARROLLO POTENCIAL A 25 AÑOS
Etapa de inversión – 5 años
Inversiones en Factibilidad: u$s 500.000.000
Inversiones en Construcción: u$s
4.500.000.000
Puestos de trabajo directos: 15.000
Puestos de trabajo indirectos: 60.000
Etapa de Producción – 20 años
Exportación anual: u$s 2.150.000.000
Ingreso anual por regalías: u$s 65.000.000
Ingreso anual por impuestos: u$s 753.000.000
Puestos de trabajo directos: 4.500
Puestos de trabajo indirectos: 27.500

INVERSION TOTAL MUNDIAL EN MINERIA
POR AREA GEOGRÁFICA
América Latina y Caribe 41%
Asia 21%
Australia 15%
América del Norte 11%
Africa 9%
Europa 3%
TOTAL PROYECTADO 2003/07:US$ 48.489
MILLONES
Fuente: Metals Economics Group
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