Peñaflor presentó a Finca la Escondida

La bodega argentina presentó una nueva línea de vinos premium de origen sanjuanino. La intención de la firma es escalar posiciones dentro de un mercado que, el año pasado, comercializó 42 millones de litros de vino.

5 abril, 2001

Bodegas y Viñedos de Peñaflor anunció el lanzamiento de Finca La Escondida, una línea de vinos premium de origen sanjuanino que constituye el debut de la bodega argentina en este segmento, según explicó la empresa.

La presentación se realizó ayer (miércoles 4) en el local de “Clásica y Moderna”, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, y fue la oportunidad para que los directivos de Peñaflor describieran las características de las versiones Cabernet Sauvignon, Malbec y Chardonnay de Finca La Escondida.

Los nuevos vinos son los primeros de una serie de productos que Peñaflor prevé lanzar en el transcurso del año, apuntando a captar la nueva generación de consumidores de vino (de entre 25 y 35 años), dentro de un mercado que, en 2000, comercializó 42 millones de litros de esta bebida.

Los viñedos que dan origen a la Serie Reservada Finca La Escondida (tal el nombre propuesto por la bodega) “crecen en un terroir único, que goza de privilegiados días de sol, un clima desértico de gran amplitud térmica, y alimentados por aguas puras de deshielo cordillerano”, explicó el experto Daniel Pi, el enólogo que condujo la creación de las cepas y del vino en barricas de roble americano.

Penaflor fue creada en 1914 por Antonio Pulenta. En la actualidad, la empresa es controlada por la familia fundadora a través de Luis Alfredo Pulenta, presidente y accionista mayoritario de la empresa.

Poseen dos bodegas en San Juan y una en Mendoza, mientras que sus viñedos suman unas 1.000 hectáreas entre las posesiones en ambas provincias.

Controlan 25,5% del mercado de vinos con marcas como Termidor, Perlé Bordolino, Facundo, Algarves y Casa de Troya; y los vinos finos Tomba, Hereford y Cuveé.

Sus jugos Cepita, Fidji, Carioca, Montefiore y Cipolletti, abastecen a 30% del mercado bonaerense, y también comercializan marcas propias en el sector de gaseosas.

De capitales argentinos y con una facturación que alcanzó los US$ 218 millones anuales, Peñaflor es una de las protagonistas del mercado vitivinícola local.

Su promedio anual de ventas alcanza los 10 millones de litros, sobre un consumo per capita en la Argentina que no supera los 40 litros por año.

Emplea a 1.200 personas y exporta sus productos a Japón, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Irlanda y Alemania, con un ingreso de US$ 44 millones.

Bodegas y Viñedos de Peñaflor anunció el lanzamiento de Finca La Escondida, una línea de vinos premium de origen sanjuanino que constituye el debut de la bodega argentina en este segmento, según explicó la empresa.

La presentación se realizó ayer (miércoles 4) en el local de “Clásica y Moderna”, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, y fue la oportunidad para que los directivos de Peñaflor describieran las características de las versiones Cabernet Sauvignon, Malbec y Chardonnay de Finca La Escondida.

Los nuevos vinos son los primeros de una serie de productos que Peñaflor prevé lanzar en el transcurso del año, apuntando a captar la nueva generación de consumidores de vino (de entre 25 y 35 años), dentro de un mercado que, en 2000, comercializó 42 millones de litros de esta bebida.

Los viñedos que dan origen a la Serie Reservada Finca La Escondida (tal el nombre propuesto por la bodega) “crecen en un terroir único, que goza de privilegiados días de sol, un clima desértico de gran amplitud térmica, y alimentados por aguas puras de deshielo cordillerano”, explicó el experto Daniel Pi, el enólogo que condujo la creación de las cepas y del vino en barricas de roble americano.

Penaflor fue creada en 1914 por Antonio Pulenta. En la actualidad, la empresa es controlada por la familia fundadora a través de Luis Alfredo Pulenta, presidente y accionista mayoritario de la empresa.

Poseen dos bodegas en San Juan y una en Mendoza, mientras que sus viñedos suman unas 1.000 hectáreas entre las posesiones en ambas provincias.

Controlan 25,5% del mercado de vinos con marcas como Termidor, Perlé Bordolino, Facundo, Algarves y Casa de Troya; y los vinos finos Tomba, Hereford y Cuveé.

Sus jugos Cepita, Fidji, Carioca, Montefiore y Cipolletti, abastecen a 30% del mercado bonaerense, y también comercializan marcas propias en el sector de gaseosas.

De capitales argentinos y con una facturación que alcanzó los US$ 218 millones anuales, Peñaflor es una de las protagonistas del mercado vitivinícola local.

Su promedio anual de ventas alcanza los 10 millones de litros, sobre un consumo per capita en la Argentina que no supera los 40 litros por año.

Emplea a 1.200 personas y exporta sus productos a Japón, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Irlanda y Alemania, con un ingreso de US$ 44 millones.

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