National Century pidió quiebra y ya casi no tiene fondos

National Century Financial Enterprises, que manejaba fondos por US$ 3.350 millones para unos cien servicios de salud, pidió quiebra dos días después de haber sido allanada por el FBI. Su deuda cayó doce escalones y está en categoría chatarra.

19 noviembre, 2002

La firma es investigada por cese de pagos y despidos. Por lo menos dos directores
renunciaron hasta ayer y del resto no se sabe nada. El FBI allanó también
a Álvarez & Marsal, que está reestructurando la contabilidad
de esa firma. "Hemos cooperado con los federales", aclaró anoche
un vocero del estudio. NCFE permanecía en silencio. Esta compañía
provee de fondos líquidos a cambio de facturas, pero dejó de hacerlo
cuando Moody´s Investors Service le rebajó doce grados de golpe
sus bonos.

La calificadora también le bloqueó el acceso al crédito.
Motivo: US$ 325 millones en reserva, justamente para cubrir esos papeles, ya no
están en caja. Varios clientes afectados por el cese de pagos se ampararon
ya en la ley federal de quiebras. El FBI sabía ya que Álvarez &
Marsal había descubierto una larga serie de irregularidades. NCFE compra
-paga- facturas de proveedores de servicios médicos y vende títulos
-"asset-backed bonds"- respaldados en su propio flujo de caja.
Este mecanismo aportaba a los clientes el efectivo necesario para sus propios
gastos operativos.

Grandes carteras inversoras (por ejemplo, Pacific Investment Management)
también afrontan pérdidas por sus tenencias de bonos NCFE. David
Coles -CEO de emergencia, en realidad veedor de Álvarez & Marsal, dijo
ayer que "hay escasas posibilidades de que la empresa emerja de la quiebra.
En cuanto a fondos, alcanzan para apenas cuatro semanas".

La firma es investigada por cese de pagos y despidos. Por lo menos dos directores
renunciaron hasta ayer y del resto no se sabe nada. El FBI allanó también
a Álvarez & Marsal, que está reestructurando la contabilidad
de esa firma. "Hemos cooperado con los federales", aclaró anoche
un vocero del estudio. NCFE permanecía en silencio. Esta compañía
provee de fondos líquidos a cambio de facturas, pero dejó de hacerlo
cuando Moody´s Investors Service le rebajó doce grados de golpe
sus bonos.

La calificadora también le bloqueó el acceso al crédito.
Motivo: US$ 325 millones en reserva, justamente para cubrir esos papeles, ya no
están en caja. Varios clientes afectados por el cese de pagos se ampararon
ya en la ley federal de quiebras. El FBI sabía ya que Álvarez &
Marsal había descubierto una larga serie de irregularidades. NCFE compra
-paga- facturas de proveedores de servicios médicos y vende títulos
-"asset-backed bonds"- respaldados en su propio flujo de caja.
Este mecanismo aportaba a los clientes el efectivo necesario para sus propios
gastos operativos.

Grandes carteras inversoras (por ejemplo, Pacific Investment Management)
también afrontan pérdidas por sus tenencias de bonos NCFE. David
Coles -CEO de emergencia, en realidad veedor de Álvarez & Marsal, dijo
ayer que "hay escasas posibilidades de que la empresa emerja de la quiebra.
En cuanto a fondos, alcanzan para apenas cuatro semanas".

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