MmO2: perdió US$ 16.600 millones por culpa de la 3G

MmO2, ex división celular de British Telecom, tuvo US$ 16.600 millones de pérdida neta en su último ejercicio anual, al depreciar activos y licencias de III generación (3G). Es uno de los grandes operadores europeos que adoptaron esa medida.

22 mayo, 2003

Básicamente, el problema residía en licencias de banda adquiridas,
en pleno auge de las telecomunicaciones, pagando más de US$ 6.400 millones.
Pero esta depreciación corre paralela -en el balance anual 2002, que cerró
en abril- a otra, por US$ 2.240 millones, antes de vender su filial holandesa.
En total, la depreciación financiera asciende a US$ 8.640 millones, más
de la mitad de la pérdida neta.

El fracaso en los Países Bajos ilustra perfectamente las frustraciones
causadas por la 3G en mercados que se resisten a gastar en los novedosos dispositivos.
MmO2 vendió su negocio en Amsterdam por apenas US$ 29 millones, tras invertir
más de 1.600 millones en esa unidad. Obviamente, el valor en libros de
las licencias 3G era absolutamente exagerado y su desinfle explica las pérdidas
en el balance global.

La clave del desastre, no sólo en MmO2, es que la reticencia de demanda
ha ido obligando a posponer lanzamientos, con los quebrantos y el deterioro de
ingresos consiguientes. Ahora, la firma advierte que su línea 3G, demorada
de 2002 a 2003, deberá esperar hasta 2004. Cada postergación en
esta franja significa que el operador celular tendrá menor margen de tiempo
para obtener ganancias sobre la inversión. MmO2 no está sola. La
holandesa KPN depreció en 2002 sus activos 3G en Three, un nuevo concurrente
controlado por Hutchinson Whampoa en Alemania. En ese mercado, Telefónica
de España sufrió un golpe de US$ 4.800 millones y tuvo que irse.

Básicamente, el problema residía en licencias de banda adquiridas,
en pleno auge de las telecomunicaciones, pagando más de US$ 6.400 millones.
Pero esta depreciación corre paralela -en el balance anual 2002, que cerró
en abril- a otra, por US$ 2.240 millones, antes de vender su filial holandesa.
En total, la depreciación financiera asciende a US$ 8.640 millones, más
de la mitad de la pérdida neta.

El fracaso en los Países Bajos ilustra perfectamente las frustraciones
causadas por la 3G en mercados que se resisten a gastar en los novedosos dispositivos.
MmO2 vendió su negocio en Amsterdam por apenas US$ 29 millones, tras invertir
más de 1.600 millones en esa unidad. Obviamente, el valor en libros de
las licencias 3G era absolutamente exagerado y su desinfle explica las pérdidas
en el balance global.

La clave del desastre, no sólo en MmO2, es que la reticencia de demanda
ha ido obligando a posponer lanzamientos, con los quebrantos y el deterioro de
ingresos consiguientes. Ahora, la firma advierte que su línea 3G, demorada
de 2002 a 2003, deberá esperar hasta 2004. Cada postergación en
esta franja significa que el operador celular tendrá menor margen de tiempo
para obtener ganancias sobre la inversión. MmO2 no está sola. La
holandesa KPN depreció en 2002 sus activos 3G en Three, un nuevo concurrente
controlado por Hutchinson Whampoa en Alemania. En ese mercado, Telefónica
de España sufrió un golpe de US$ 4.800 millones y tuvo que irse.

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