Martha Stewart puede marchar presa, teme su propia firma

Martha Stewart Living Omnimedia (MSLO) teme que su fundadora acabe entre rejas. En efecto, la fiscalía neoyorquina le notificó que se halla bajo investigación penal por su papel en el caso ImClone Systems y su complicidad con Samuel Waksal.

5 junio, 2003

Otrora árbitro en decoración hogareña y figura del "demi
monde" en Manhattan, Martha Stewart -a los 60 años abandonó
MSLO, pero sigue pegada a la marca- está bajo proceso porque la justicia
cree que usufructuó información reservada para vender acciones de
ImClone Systems, un día antes de saberse que la farmoquímica estaba
en graves problemas.

La acusación por "insider trading" deriva de la íntima
amistad entre Stewart y Waksal, entonces CEO del laboratorio. La firma había
apostado todo a un proyecto conjunto con el gigante Bristol-Myers Squibb (B-MS),
por US$ 2.000 millones, para desarrollar Erbitux, una droga oncólogica.
El 21 de diciembre de 2001, la Food & Drug Administration anticipó
a B-MS y ImClone que el 22 anunciaría el cierre del expediente, sin autorizar
el medicamento. Obviamente, el peor golpe lo sufrirían el laboratorio emprendedor
y sus acciones.

El mismo día 21, minutos antes de cerrar Wall Street, Waksal -que ya pasó
por la cárcel- , Stewart y otros vendieron todo lo que tenían. En
el caso de la empresaria, fueron US$ 228.000, a US$ 9,18 la acción. El
día 22, por supuesto, el papel de ImClone perdió 70% en minutos.
Más tarde, la Securities & Exchange Commission inició un sumario,
que ahora puede implicar cargos civiles contra Stewart, amén de los penales.
Resulta irónico que, en mayo último, la F&DA haya vuelto a analizar
el Erbitux con vistas a autorizarlo.

Otrora árbitro en decoración hogareña y figura del "demi
monde" en Manhattan, Martha Stewart -a los 60 años abandonó
MSLO, pero sigue pegada a la marca- está bajo proceso porque la justicia
cree que usufructuó información reservada para vender acciones de
ImClone Systems, un día antes de saberse que la farmoquímica estaba
en graves problemas.

La acusación por "insider trading" deriva de la íntima
amistad entre Stewart y Waksal, entonces CEO del laboratorio. La firma había
apostado todo a un proyecto conjunto con el gigante Bristol-Myers Squibb (B-MS),
por US$ 2.000 millones, para desarrollar Erbitux, una droga oncólogica.
El 21 de diciembre de 2001, la Food & Drug Administration anticipó
a B-MS y ImClone que el 22 anunciaría el cierre del expediente, sin autorizar
el medicamento. Obviamente, el peor golpe lo sufrirían el laboratorio emprendedor
y sus acciones.

El mismo día 21, minutos antes de cerrar Wall Street, Waksal -que ya pasó
por la cárcel- , Stewart y otros vendieron todo lo que tenían. En
el caso de la empresaria, fueron US$ 228.000, a US$ 9,18 la acción. El
día 22, por supuesto, el papel de ImClone perdió 70% en minutos.
Más tarde, la Securities & Exchange Commission inició un sumario,
que ahora puede implicar cargos civiles contra Stewart, amén de los penales.
Resulta irónico que, en mayo último, la F&DA haya vuelto a analizar
el Erbitux con vistas a autorizarlo.

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