Madison Dearborn, Blackstone, Providence y las compras apalancadas

Los campeones de las compras apalancadas hicieron su fortuna con plata ajena. Ahora que sus fuentes habituales de financiamiento se secan, ellos y Wall Street sienten la presión, aunque se busque inflar índices.

2 octubre, 2007

Quienes solventaban el loco auge de compras apalancadas van abandonado el campo. Desde que la crisis hipotecaria desbordó de Estados a Gran Bretaña o Alemania y provocó una ola mundial de iliquidez, muchos administradores de carteras o gerentes monetarios dudan en tomar deuda privada que se emite para financia ese tipo de transacciones.

En promedio, ante de descalabro los diez principales gestores de compras apalancadas tomaron 9,54 veces las proyecciones de ingresos netos anuales de los activos en danza. Esto ocurrió entre enero de 2005 y agosto de 2007. Un fondo de Chicago, Madison Dearborn partners encabeza esa nómina, con 11,8 veces los ingresos netos de las sociedades adquiridas.

Siguen Providencea Equity (11 veces), Blackstone group (10,6 veces), Thoma H.Lee partners (10,3 veces) y el turbio Cralyle group (9,6 veces). Como ocurre con grandes operaciones hipotecarias, las compras apalancadas le generan utilidades al adquirente (que no pone casi nada) pero, si las cosas se dan vuelta, las pérdidas pueden ser traumáticas. Aun si marcha bien, la firma tomada se achica o se restructura -sin generar valor agregado- para renederse al mejor postor.

Siete transacciones de Blackstone implicaban inmobiliarias. Entre ella, Equity Office Properties (edificios comerciales), un paquete de US$ 39.000 millones, deuda incluida. Precisamente, esta clase de negocios “fáciles” fue arrasada al converger la crisis de malas hipotecas con la ola de iliquidez financiera.

Quienes solventaban el loco auge de compras apalancadas van abandonado el campo. Desde que la crisis hipotecaria desbordó de Estados a Gran Bretaña o Alemania y provocó una ola mundial de iliquidez, muchos administradores de carteras o gerentes monetarios dudan en tomar deuda privada que se emite para financia ese tipo de transacciones.

En promedio, ante de descalabro los diez principales gestores de compras apalancadas tomaron 9,54 veces las proyecciones de ingresos netos anuales de los activos en danza. Esto ocurrió entre enero de 2005 y agosto de 2007. Un fondo de Chicago, Madison Dearborn partners encabeza esa nómina, con 11,8 veces los ingresos netos de las sociedades adquiridas.

Siguen Providencea Equity (11 veces), Blackstone group (10,6 veces), Thoma H.Lee partners (10,3 veces) y el turbio Cralyle group (9,6 veces). Como ocurre con grandes operaciones hipotecarias, las compras apalancadas le generan utilidades al adquirente (que no pone casi nada) pero, si las cosas se dan vuelta, las pérdidas pueden ser traumáticas. Aun si marcha bien, la firma tomada se achica o se restructura -sin generar valor agregado- para renederse al mejor postor.

Siete transacciones de Blackstone implicaban inmobiliarias. Entre ella, Equity Office Properties (edificios comerciales), un paquete de US$ 39.000 millones, deuda incluida. Precisamente, esta clase de negocios “fáciles” fue arrasada al converger la crisis de malas hipotecas con la ola de iliquidez financiera.

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