Lenovo: ¿habrán hecho mal negocio los chinos?

Según publicaciones británicas, la compañía compró la actividad menos redituable de IBM. Por de pronto, deberá afrontar costos operativos muy superiores, si quiere producir computadoras, y tendrá problemas porque el propio negocio ha madurado.

13 diciembre, 2004

Lenovo es una firma local que se propone adquirirle a un gigante mundial una división tres veces más grande que el suyo. La empresa china, en efecto, suma ventas anuales por US$ 3.000 millones y se compra, por “apenas” 1.750 millones, la unidad PC de IBM, cuyos ingresos alcanzan a US$ 9.000 millones por ejercicio.

En otras palabras, la transacción coloca a Lenovo –una compañía estatal, claro- en el tercer puesto internacional dentro de la categoría. Justo tras Dell Computer y Hewlett-Packard, donde se ven cada día más ejecutivos desvelados.

Al parecer, la movida refirma una agresiva estrategia de expansión, dictada por razones políticas: Beijing quiere armar un sector tecnológico capaz de rivalizar con el de su “provincia escindida”, Taiwán. Máxime ahora, luego de que comicios locales y encuestas han puesto en franca minoría al partido independentista en Taipei y favorecen a quienes prefieren un acercamiento al continente.

Últimamente, firmas industriales como Baosteel o PetroChina han ido adquiriendo acceso a insumos y materias primas exógenes. Por otra parte, la tecnoelectrónica TCL ha tomado una participación controlante en un emprendimiento conjunto con Thomson, donde es accionista el estado francés.

Mientras tanto, Huawei (equipos para telecomunicaciones) y Haierh (electrodomésticos) buscan construir marcas en escala global. Pero Lenovo, pese a sus excelentes conexiones, los contratos estatales y facilidades tributarias, afrontra presiones en China misma. Su porción del mercado interno (27%) tiende a bajar y sus acciones han perdido 23% desde el cierre de 2004 al viernes 10 en Shanghai.

Sin duda, la marca IBM es a prueba de balas y Lenovo tendrá derecho a poner el logo en sus productos durante el quinquenio 2005-9. Eso comporta una muestra de confianza por parte de Big Blue. Lo malo es que, hoy en día, la PC se han convertido en bienes de uso masivo o insumos, cuyas ventas dependen del precio, no de sus singularidades tecnológicas.

Expertos de la influyente consultora Gartner estiman que el aumento anual de ingresos vía PC irá cediendo de 4% (2003) a 2% para 2007. Pero la clave de un reciente informe propio es aun más inquietante: tres de los diez mayores fabricantes de PC abandonarán el mercado en ese lapso. IBM, creadora de la PC en 1981, ya no está en la vanguardia tecnológica, como Apple, ni tiene los bajos costos de Dell. Pese a su éxito en deglutir a Compaq –o precisamente por eso-, Hewlett-Packard también afronta tropiezos. En síntesis, el negocio donde incursiona Lenovo apenas consigue no perder dinero.

Lenovo es una firma local que se propone adquirirle a un gigante mundial una división tres veces más grande que el suyo. La empresa china, en efecto, suma ventas anuales por US$ 3.000 millones y se compra, por “apenas” 1.750 millones, la unidad PC de IBM, cuyos ingresos alcanzan a US$ 9.000 millones por ejercicio.

En otras palabras, la transacción coloca a Lenovo –una compañía estatal, claro- en el tercer puesto internacional dentro de la categoría. Justo tras Dell Computer y Hewlett-Packard, donde se ven cada día más ejecutivos desvelados.

Al parecer, la movida refirma una agresiva estrategia de expansión, dictada por razones políticas: Beijing quiere armar un sector tecnológico capaz de rivalizar con el de su “provincia escindida”, Taiwán. Máxime ahora, luego de que comicios locales y encuestas han puesto en franca minoría al partido independentista en Taipei y favorecen a quienes prefieren un acercamiento al continente.

Últimamente, firmas industriales como Baosteel o PetroChina han ido adquiriendo acceso a insumos y materias primas exógenes. Por otra parte, la tecnoelectrónica TCL ha tomado una participación controlante en un emprendimiento conjunto con Thomson, donde es accionista el estado francés.

Mientras tanto, Huawei (equipos para telecomunicaciones) y Haierh (electrodomésticos) buscan construir marcas en escala global. Pero Lenovo, pese a sus excelentes conexiones, los contratos estatales y facilidades tributarias, afrontra presiones en China misma. Su porción del mercado interno (27%) tiende a bajar y sus acciones han perdido 23% desde el cierre de 2004 al viernes 10 en Shanghai.

Sin duda, la marca IBM es a prueba de balas y Lenovo tendrá derecho a poner el logo en sus productos durante el quinquenio 2005-9. Eso comporta una muestra de confianza por parte de Big Blue. Lo malo es que, hoy en día, la PC se han convertido en bienes de uso masivo o insumos, cuyas ventas dependen del precio, no de sus singularidades tecnológicas.

Expertos de la influyente consultora Gartner estiman que el aumento anual de ingresos vía PC irá cediendo de 4% (2003) a 2% para 2007. Pero la clave de un reciente informe propio es aun más inquietante: tres de los diez mayores fabricantes de PC abandonarán el mercado en ese lapso. IBM, creadora de la PC en 1981, ya no está en la vanguardia tecnológica, como Apple, ni tiene los bajos costos de Dell. Pese a su éxito en deglutir a Compaq –o precisamente por eso-, Hewlett-Packard también afronta tropiezos. En síntesis, el negocio donde incursiona Lenovo apenas consigue no perder dinero.

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