Fusión Alcan-Péchiney y presunto insiders trading

Repentinamente, la fusión Alcan-Péchiney –aceptada días atrás por la segunda- ha desencadenado investigaciones por presuntas maniobras. Un banco monegasco inclusive denunció “insider’s trading”.

19 septiembre, 2003

En julio, el grupo Aluminium du Canada (Alcan) lanzó una oferta hostil de compra por su similar francés Péchiney, con el objeto de crear el mayor conglomerado mundial en ese sector. Péchiney rechazó la propuesta, que ascendía a € 3.400 millones (41 por acción).

A fines de agosto y tras varias negociaciones, los canadienses mejoraron la oferta a € 4.000 millones (48,5 por acción). Finalmente, Péchiney aceptó la fusión el viernes 12. Pero, ayer –miércoles 17-, la Banque de Montecarlo denunciaba: “por las cuentas de algunos clientes nuestros se han tramitado órdenes de compra de acciones Péchiney por valores llamativos”.

A raíz de ello, la comisión de valores monegasca abrío un sumarios por presunto “insider’s trading”. Es decir, sacar provecho usando datos reservados. Por supuesto, cuando se trata de información desconocida por ahorristas e inversores, pero capaz de influir en la cotización pública de títulos. En Francia e Italia, es un delito con penas de hasta dos años de prisión y multasde € 10.000 a 300.000.

El rastreo bancario no data del acuerdo reciente, sino del 7 de julio, cuando se formuló la primera oferta. Pero las ingentes compras de acciones detectadas en Mónaco fueron anteriores en pocas horas a la difusión del convenio. La noticia hizo saltar hasta 23,5% los papeles de Péchiney en París.

Algunos expertos franceses y suizos califican de “torpes” a quienes sacaron partido de una información interna. En verdad, atiborraron una plaza tan chica como Montecarlo y llamaron velozmente la atención de bancos y reguladores.

En julio, el grupo Aluminium du Canada (Alcan) lanzó una oferta hostil de compra por su similar francés Péchiney, con el objeto de crear el mayor conglomerado mundial en ese sector. Péchiney rechazó la propuesta, que ascendía a € 3.400 millones (41 por acción).

A fines de agosto y tras varias negociaciones, los canadienses mejoraron la oferta a € 4.000 millones (48,5 por acción). Finalmente, Péchiney aceptó la fusión el viernes 12. Pero, ayer –miércoles 17-, la Banque de Montecarlo denunciaba: “por las cuentas de algunos clientes nuestros se han tramitado órdenes de compra de acciones Péchiney por valores llamativos”.

A raíz de ello, la comisión de valores monegasca abrío un sumarios por presunto “insider’s trading”. Es decir, sacar provecho usando datos reservados. Por supuesto, cuando se trata de información desconocida por ahorristas e inversores, pero capaz de influir en la cotización pública de títulos. En Francia e Italia, es un delito con penas de hasta dos años de prisión y multasde € 10.000 a 300.000.

El rastreo bancario no data del acuerdo reciente, sino del 7 de julio, cuando se formuló la primera oferta. Pero las ingentes compras de acciones detectadas en Mónaco fueron anteriores en pocas horas a la difusión del convenio. La noticia hizo saltar hasta 23,5% los papeles de Péchiney en París.

Algunos expertos franceses y suizos califican de “torpes” a quienes sacaron partido de una información interna. En verdad, atiborraron una plaza tan chica como Montecarlo y llamaron velozmente la atención de bancos y reguladores.

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