Ford Motor apela a un coche sueco para mejorar las cosas

Resulta curioso que la tercera automotriz mundial apele a Volvo, una marca de semilujo controlada, que tiene problemas propios. Con el nuevo compacto C30, la división tarta de recobrar ventas.

22 noviembre, 2006

Por una parte, la marca sueca es clave en la cartera de Ford. Por la otra, sus modelos son tachados de “anticuados” en Estados Unidos. Por consiguiente, el ritmo de ventas viene frenando, aunque no mucho: en 2005, cedía a 430.000 unidades, contra 460.000 en 2004. Desde 1997 hasta 2003, el promedio anual oscilaba en torno de 400.000 vehículos.

La firma sueca es célebre por innovaciones en seguridad y la adhesión entre una clientela de altos ingresos, adulta, con gustos conservadores. En cierto modo, le va mejor que a Audi, competidora en la gama de semilujo. Sin duda, es la más fiable de otras europeas que controla Ford Motor. Jaguar, Aston Martin (lujo) y Land Rover (semilujo).

Más que en modelos envejecidos, como cree Detroit, las dificultades de Volvo radican en la debilidad del dólar (mejor dicho, la fortaleza del euro) y los precios de combustibles, pese al repliegue de éstos desde mediados de julio hasta el momento. Una divisa común cara, obviamente, afecta las exportaciones fuera de la Eurozona.

Se explica, entonces que, ya en agosto, Ford anunciase que su división europea de lujo y semilujo no será redituable este año. Pero sucede que recobrar el impulso en Volvo es clave para reactivar la propia Ford Motor. Su porción del mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá, aunque sea tabú aclararlo) sigue bajando por la insistencia en ofrecer camiones y utilitarios deportivos, que el público ya no quiere.

Siguiendo con las señalas cruzadas, FM considera vender Aston Martin, en tanto Jaguar y Land Rover generan mucho menos ingresos que Volvo. A su vez, para recobrar terreno en el cuadrienio 2007/10, la marca sueca presentará siete modelos nuevos o versiones de vehículos existentes. Será el lanzamiento más ambicioso en los 80 años que lleva Volvo.

Fredrik Arp, director ejecutivo de la división, espera de esas novedades “que hagan a la marca alcanzar nuevos usuarios. Entre los modelos figura el C30, un compacto dos puertas orientado al público joven que hoy se vuelca hacia el Mini Cooper de BMW. En algunos meses, presentamos un sedan para competir con la serie 5 de esa misma marca”.

Pero quizás el gesto más audaz sea el de más difícil futuro. Ford y Volvo planean levanmtas una fàbrica por US$ 1.400 millones enGoyemburgo, pàra producir autor hpìbirdos.

Por una parte, la marca sueca es clave en la cartera de Ford. Por la otra, sus modelos son tachados de “anticuados” en Estados Unidos. Por consiguiente, el ritmo de ventas viene frenando, aunque no mucho: en 2005, cedía a 430.000 unidades, contra 460.000 en 2004. Desde 1997 hasta 2003, el promedio anual oscilaba en torno de 400.000 vehículos.

La firma sueca es célebre por innovaciones en seguridad y la adhesión entre una clientela de altos ingresos, adulta, con gustos conservadores. En cierto modo, le va mejor que a Audi, competidora en la gama de semilujo. Sin duda, es la más fiable de otras europeas que controla Ford Motor. Jaguar, Aston Martin (lujo) y Land Rover (semilujo).

Más que en modelos envejecidos, como cree Detroit, las dificultades de Volvo radican en la debilidad del dólar (mejor dicho, la fortaleza del euro) y los precios de combustibles, pese al repliegue de éstos desde mediados de julio hasta el momento. Una divisa común cara, obviamente, afecta las exportaciones fuera de la Eurozona.

Se explica, entonces que, ya en agosto, Ford anunciase que su división europea de lujo y semilujo no será redituable este año. Pero sucede que recobrar el impulso en Volvo es clave para reactivar la propia Ford Motor. Su porción del mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá, aunque sea tabú aclararlo) sigue bajando por la insistencia en ofrecer camiones y utilitarios deportivos, que el público ya no quiere.

Siguiendo con las señalas cruzadas, FM considera vender Aston Martin, en tanto Jaguar y Land Rover generan mucho menos ingresos que Volvo. A su vez, para recobrar terreno en el cuadrienio 2007/10, la marca sueca presentará siete modelos nuevos o versiones de vehículos existentes. Será el lanzamiento más ambicioso en los 80 años que lleva Volvo.

Fredrik Arp, director ejecutivo de la división, espera de esas novedades “que hagan a la marca alcanzar nuevos usuarios. Entre los modelos figura el C30, un compacto dos puertas orientado al público joven que hoy se vuelca hacia el Mini Cooper de BMW. En algunos meses, presentamos un sedan para competir con la serie 5 de esa misma marca”.

Pero quizás el gesto más audaz sea el de más difícil futuro. Ford y Volvo planean levanmtas una fàbrica por US$ 1.400 millones enGoyemburgo, pàra producir autor hpìbirdos.

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