Falleció de pronto el presidente ejecutivo de McDonalds

James Cantalupo, presidente y director ejecutivo de McDonald’s Corporation, murió de lo que parecía un síncope, en medio de una convención de franquiciarios. Casi al momento, la firma nombró a Charles Bell y éste retomó las sesiones.

19 abril, 2004

Bell, un australiano de 43 años, dirigía operaciones y era visto como heredero aparente de Cantalupo (60), de familia italiana. Se trata del primer extranjero que conduce la firma.

La muerte de Cantalupo -se produjo en Orlando, Florida- conmovió al sector y al mundo de los negocios. También causó impresión en la compañía, donde se lo apreciaba por su carácter. En principio, Bell quería dar por terminada la convención bienal pero, luego, recapacitó.

Curiosamente, Cantalupo había salido de retiro, a principios de 2003, para reemplazar de urgencia a Jack Greenberg. No por razones de salud, sino una cadena de fracasos y malos resultados. Ahora, este fallecimiento sorprende a la mayor cadena mundial de comidas rápidas en mal momento. Tras redefinir estrategias de negocios dentro y fuera de Estados Unidos, Cantalupo afrontaba la “crisis de obesidad”.

No suya ni de la empresa, sino de los norteamericanos. Desde hace algunos meses, McDonald’s y sus competidores son objeto de demandas judiciales por los efectos –a veces graves- que sus comidas tienen sobre alguna gente. Cantalupo acababa de lanzar una campaña basada en alimentos y recetas más sanas, menos grasas.

Bell, un australiano de 43 años, dirigía operaciones y era visto como heredero aparente de Cantalupo (60), de familia italiana. Se trata del primer extranjero que conduce la firma.

La muerte de Cantalupo -se produjo en Orlando, Florida- conmovió al sector y al mundo de los negocios. También causó impresión en la compañía, donde se lo apreciaba por su carácter. En principio, Bell quería dar por terminada la convención bienal pero, luego, recapacitó.

Curiosamente, Cantalupo había salido de retiro, a principios de 2003, para reemplazar de urgencia a Jack Greenberg. No por razones de salud, sino una cadena de fracasos y malos resultados. Ahora, este fallecimiento sorprende a la mayor cadena mundial de comidas rápidas en mal momento. Tras redefinir estrategias de negocios dentro y fuera de Estados Unidos, Cantalupo afrontaba la “crisis de obesidad”.

No suya ni de la empresa, sino de los norteamericanos. Desde hace algunos meses, McDonald’s y sus competidores son objeto de demandas judiciales por los efectos –a veces graves- que sus comidas tienen sobre alguna gente. Cantalupo acababa de lanzar una campaña basada en alimentos y recetas más sanas, menos grasas.

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