Ecuador: Repsol cerca del oleoducto

El gobierno ecuatoriano desecho la oferta de los ingenieros del Ejército y eso acrecienta las posibilidades de Repsol-YPF de hacerse con la licitación. La estadounidense Williams también sigue en carrera.

26 septiembre, 2000

(EFE).- El gobierno de Ecuador decidió desechar la oferta presentada por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CIE) nacional de ese país para la construcción de un nuevo Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).

El ministro de Energía, Pablo Terán, informó a la prensa que la oferta del CIE no cumplió con una norma de la ley de hidrocarburos que, expresamente, invita a “empresas nacionales o extranjeras” al concurso para la construcción del nuevo oleoducto.

Terán reiteró que las otras dos empresas interesadas en la construcción del OCP sí han cumplido con los requisitos establecidos y que en un mes el presidente de la república, Gustavo Noboa, deberá decidir a cuál permitirá ejecutar la obra.

Un consorcio encabezado por la española Repsol-YPF y la estadounidense “Williams” pujan por obtener la autorización del Ejecutivo para construir el OCP, de aproximadamente 500 kilómetros de longitud y con una capacidad de transporte de unos 400.000 barriles diarios, con un coste de entre US$ 500 y US$ 800 millones.

Terán explicó que, en primer lugar, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército no es una empresa y que tampoco presentó las garantías previstas en el concurso de ofertas, abierto por el Ejecutivo hace más de un mes.

El ministro anotó que la firma que se interese en la construcción del OCP debe hacerlo con capitales privados y “a riesgo propio”, mientras que el CIE entregó una oferta sin ese tipo de garantías.

“La solicitud del Cuerpo de Ingenieros del Ejército no contaba con una financiación sólida” y se podría presumir la utilización de capitales estatales, señaló el ministro, pese a que el CIE había anunciado que, en su momento, anunciaría el nombre de un socio estratégico (posiblemente brasileño) para la construcción del OCP.

La oferta presentada por el CIE despertó desde el principio una dura polémica entre los inversores privados, apoyados por las autoridades civiles ecuatorianas, y los frentes sociales que apoyaban la participación de los militares.

Incluso en las filas militares se han advertido controversias entre quienes apoyan la oferta y quienes respaldan la decisión del Ejecutivo de preferir al capital privado como sustento para la modernización del Estado.

(EFE).- El gobierno de Ecuador decidió desechar la oferta presentada por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CIE) nacional de ese país para la construcción de un nuevo Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).

El ministro de Energía, Pablo Terán, informó a la prensa que la oferta del CIE no cumplió con una norma de la ley de hidrocarburos que, expresamente, invita a “empresas nacionales o extranjeras” al concurso para la construcción del nuevo oleoducto.

Terán reiteró que las otras dos empresas interesadas en la construcción del OCP sí han cumplido con los requisitos establecidos y que en un mes el presidente de la república, Gustavo Noboa, deberá decidir a cuál permitirá ejecutar la obra.

Un consorcio encabezado por la española Repsol-YPF y la estadounidense “Williams” pujan por obtener la autorización del Ejecutivo para construir el OCP, de aproximadamente 500 kilómetros de longitud y con una capacidad de transporte de unos 400.000 barriles diarios, con un coste de entre US$ 500 y US$ 800 millones.

Terán explicó que, en primer lugar, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército no es una empresa y que tampoco presentó las garantías previstas en el concurso de ofertas, abierto por el Ejecutivo hace más de un mes.

El ministro anotó que la firma que se interese en la construcción del OCP debe hacerlo con capitales privados y “a riesgo propio”, mientras que el CIE entregó una oferta sin ese tipo de garantías.

“La solicitud del Cuerpo de Ingenieros del Ejército no contaba con una financiación sólida” y se podría presumir la utilización de capitales estatales, señaló el ministro, pese a que el CIE había anunciado que, en su momento, anunciaría el nombre de un socio estratégico (posiblemente brasileño) para la construcción del OCP.

La oferta presentada por el CIE despertó desde el principio una dura polémica entre los inversores privados, apoyados por las autoridades civiles ecuatorianas, y los frentes sociales que apoyaban la participación de los militares.

Incluso en las filas militares se han advertido controversias entre quienes apoyan la oferta y quienes respaldan la decisión del Ejecutivo de preferir al capital privado como sustento para la modernización del Estado.

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