Washington admite la existencia de especulación con crudos

En medio de una campaña electoral donde el tema surge a cada rato, el gobierno de George W. Bush lo reconoce. En la plaza de futuros hay mucho más aire caliente del supuesto. Uno de los canales pasa por instrumentos derivativos.

19 agosto, 2008

<p>En julio, la comisi&oacute;n de transacciones con futuros de productos primarios (CFTC en la sigla inglesa, donde no figura el ubicuo &ldquo;commodities&rdquo;) reclasific&oacute; a un gran intermediario petrolero como &ldquo;especulador no comercial&rdquo;. No lo identific&oacute; porque el &ldquo;lobby de los derivados&rdquo; es muy fuerte y la entidad no es p&uacute;blica. Pero la decisi&oacute;n es clave: cambia de ra&iacute;z la ficci&oacute;n de que el mercado a t&eacute;rmino neoyorquino es tan diversificado o di&aacute;fano como se cre&iacute;a.</p>
<p>De paso, pone en evidencia una plaza muy inflada. La masa de futuros y opciones (derivados, por lo com&uacute;n) se ha inflado de unos 75.000 contratos de mil barriles semanales en 2001 a 475.000 hacia mediados de este a&ntilde;o. Son estimaciones de la propia CFTC.</p>
<p>Por consiguiente, la porci&oacute;n de contratos en manos de especuladores &ndash;o sean sin necesidades comerciales de mitigar riesgos- ha subido de 37 a casi 50% en un par de a&ntilde;os. Entretanto, el congreso norteamericano trata de imponer l&iacute;mites a la especulaci&oacute;n con combustibles. Tiene un excelente motivo: cunden dudas sobre fiabilidad o transparencia de datos y transacciones.</p>
<p>La semana pasada, la senadora dem&oacute;crata Maria Cantwell (estado de Washington) solicit&oacute; a la CFTC investigar su propio material. Sucede que, el 22 de julio, la entidad public&oacute; un an&aacute;lisis seg&uacute;n el cual &ldquo;los especuladores no inducen sistem&aacute;ticamente alza o bajas de precios sin motivos comerciales&rdquo;. Poco despu&eacute;s, la comisi&oacute;n se&ntilde;alaba lo contrario en un caso espec&iacute;fico que mantiene an&oacute;nimo.</p>
<p>Obviamente, la influencia del cabildeo petrolero es vasta. Aparte de sus nexos con la familia Bush y el vicepresidente Richard Cheney, controla la c&uacute;pula del departamento federal de energ&iacute;a y combustibles. Estos factores explican el silencio del senador John McCain, candidato republicano a presidente. Tambi&eacute;n pesan los aportes del &ldquo;lobby&rdquo; a la campa&ntilde;a sucia contra Barack Obama, desatada por el fundamentalismo evang&eacute;lico (Karl Rove y su equipo). Lo que est&aacute; en la mira es un mercado de materias primas que genera US$ 4,8 billones de utilidades anuales.</p>

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