Detroit acude a Washington y aumentan riesgos de bancarrotas

General Motors y Cerberus Capital Management precisan el auxilio del gobierno federal. Pero las tres han perdido entre octubre de 2007 y septiembre último 17,6% (GM), 17,1% (Ford Motor) y 25% (Chrysler) en ventas.

28 octubre, 2008

Por un lado, continúa una negociación a tres puntas por la suerte de Chrysler (CCM, GM, Nissan-Renault). Por otro, se busca algún tipo de rescate para todo Detroit, pues dos compañías (GM, Chrysler) corren peligro de quedarse sin caja en tres trimestres.
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Por de ponto, el departamento federal de energ&iacute;a y combustibles (&iquest;por qu&eacute; no los de comercio o hacienda?) arma un plan para inyectar dinero fresco por US$ 5.000 millones en GM. Hay un factor curioso: ser&aacute;n pr&eacute;stamos para facilitar la compra de Chrysler, vale decir que terminar&aacute;n en las arcas de CCM, un fondo especulativo que no ha podido financiar la toma de 80,1% en la tercera automotriz. </p>
<p>Mas all&aacute; de silencios culpables, analistas e inversores comienzan a preguntarse cu&aacute;l de las dos firmas ser&aacute; la primera en acogerse a la ley federal de concursos y quiebras, t&iacute;tulo XI. La iliquidez crediticia norteamericana la obliga a quemar efectivo para seguir operando y CCM ya despide gente. A su vez, ponen contra las sogas a autopartistas y otros proveedores en las Am&eacute;rica, Asia oriental y media Europa. </p>
<p>Las posibilidades en juego alarman a los ortodoxos. Una es que el estado compre acciones en ambas empresas, lo cual ser&iacute;a escandaloso en el caso de CCM, experto en compras apalancadas (o sea, sin poner dinero propio). Otra, que se empleen partidas de un programa de hacienda para estas emergencias. Una eventual fusi&oacute;n GM-Chrylser necesitar&aacute; por lo menos US$ 10.000 millones para financiar m&aacute;s despidos, cerrar plantas, integrar l&iacute;neas y reconvertirlas a veh&iacute;culos menos contaminantes o de bajo consumo de combustibles. </p>
<p>&ldquo;Sin asistencia federal o un acuerdo con Nissan-Renault &ndash;se&ntilde;ala un an&aacute;lisis de Deutsche Bank-, en nueve meses la situaci&oacute;n de GM y CCM ser&aacute; cr&iacute;tica. La segunda (o sea Chrysler) est&aacute; agotando reservas&rdquo;. Esto puede acabar prematuramente con Roberto Nardell, un director ejecutivo ajeno a la industria y con malos antecedentes en Home Depot. Detroit todav&iacute;a no sabe por qu&eacute; CCM lo puso al frente de Chrysler. </p>
<p>Pese a su decadencia, ambas automotrices, juntas, tienen una red de 10.000 concesionarios, cuyas ventas anuales totales oscilan entre US$ 110 y 130.000 millones. Vale decir, casi 1% de PBI estadounidense. A mediados de a&ntilde;o, sumaban 145.000 asalariados, 110 armadoras y 600.000 jubilados. Semejantes n&uacute;meros sobras para forzar una intervenci&oacute;n estatal y el consiguiente salvamento. S&oacute;lo que GM o Chrysler son realidades f&iacute;sicas, no tragamonedas tipo Lehman Brothers o Bear Stearns. </p>
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