Cuatro ex directivos de Qwest, procesados por fraude

Un plenario de primera instancia (“grand jury”) en Denver radicó acusaciones formales por fraude contra cuatro ex ejecutivos de Qwest Communications International. El procesamiento parte de un solo asiento contable, de los varios detectados.

26 febrero, 2003

El veredicto del jurado sostiene que los ex funcionarios superiores registraron
ingresos en forma prematura, en una operación por US$ 33 millones. Ésta
involucraba un contrato de servicios con un distrito escolar en Arizona y la maniobra
contable -como casi todas las detectadas por la Securities & Exchange Commission
y otras instancias- obedecía a la necesidad de cumplir metas de ventas
poco realistas en la unidad de negocios globales.

Al mismo tiempo, la SEC presentó una demanda civil contra los mismos ejecutivos
y otros cuatro. En este caso, por inflar ventas en alrededor de US$ 100 millones
en un solo trimestre. El secretario federal de Justicia -o sea, procurador general-,
John Ashcroft, señaló al respecto que "las investigaciones
sobre firmas telefónicas siguen en marcha y esperamos nuevas acciones legales".

El dictamen y los litigios contra Qwest no pesan tanto por los valores en liza
(teniendo en cuenta que la firma ha depreciado ingresos por US$ 2.200 millones
en los balances de 2000 y 2001), cuanto por su efecto "político",
Así, los comentarios de Ashcroft han sido interpretados como una señal
al Congreso, en cuanto a que Washington no frenará las investigaciones
legislativas en torno de Qwest, Global Crossing, WorldCom y demás telcos.
Sobre todo en un área conocida como "wash trades" (trueques ficticios),
donde se han detectado intercambios de capacidad transportadora entre redes cuyo
objeto era, simplemente, inflar el volumen contable de operaciones.

Los cuatro acusados en Denver son Grant Graham, Thomas Hall, John Walker y Brian
Treadway. Respectivamente, ex director financiero, ex vicepresidente primero de
la división global, ex vice a cargo de negocios con el sector público
y ex contador jefe. Si no se presentaban en 48 horas -plazo que venció
anoche- serían buscados y detenidos por el FBI. El cuarteto afronta sentencias
de hasta 40 años de cárcel y multas por un millón cada uno.
Además, la SEC tratará de confiscarles sueldos, bonificaciones y
ganancias obtenidas vendiendo acciones de Qwest.

Los procesados falsificaron documentos entregados a auditores y escondieron equipos
excesivos u ociosos para ocultar el maquillaje de cifras y movimientos. Además,
se encontraron irregularidades en un contrato con la consultora Genuity (junio
de 2000).

El veredicto del jurado sostiene que los ex funcionarios superiores registraron
ingresos en forma prematura, en una operación por US$ 33 millones. Ésta
involucraba un contrato de servicios con un distrito escolar en Arizona y la maniobra
contable -como casi todas las detectadas por la Securities & Exchange Commission
y otras instancias- obedecía a la necesidad de cumplir metas de ventas
poco realistas en la unidad de negocios globales.

Al mismo tiempo, la SEC presentó una demanda civil contra los mismos ejecutivos
y otros cuatro. En este caso, por inflar ventas en alrededor de US$ 100 millones
en un solo trimestre. El secretario federal de Justicia -o sea, procurador general-,
John Ashcroft, señaló al respecto que "las investigaciones
sobre firmas telefónicas siguen en marcha y esperamos nuevas acciones legales".

El dictamen y los litigios contra Qwest no pesan tanto por los valores en liza
(teniendo en cuenta que la firma ha depreciado ingresos por US$ 2.200 millones
en los balances de 2000 y 2001), cuanto por su efecto "político",
Así, los comentarios de Ashcroft han sido interpretados como una señal
al Congreso, en cuanto a que Washington no frenará las investigaciones
legislativas en torno de Qwest, Global Crossing, WorldCom y demás telcos.
Sobre todo en un área conocida como "wash trades" (trueques ficticios),
donde se han detectado intercambios de capacidad transportadora entre redes cuyo
objeto era, simplemente, inflar el volumen contable de operaciones.

Los cuatro acusados en Denver son Grant Graham, Thomas Hall, John Walker y Brian
Treadway. Respectivamente, ex director financiero, ex vicepresidente primero de
la división global, ex vice a cargo de negocios con el sector público
y ex contador jefe. Si no se presentaban en 48 horas -plazo que venció
anoche- serían buscados y detenidos por el FBI. El cuarteto afronta sentencias
de hasta 40 años de cárcel y multas por un millón cada uno.
Además, la SEC tratará de confiscarles sueldos, bonificaciones y
ganancias obtenidas vendiendo acciones de Qwest.

Los procesados falsificaron documentos entregados a auditores y escondieron equipos
excesivos u ociosos para ocultar el maquillaje de cifras y movimientos. Además,
se encontraron irregularidades en un contrato con la consultora Genuity (junio
de 2000).

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades