Corus Group, niña bonita en una lucha entre siderúrgicas

Los brasileños acentúan una puja por la acería británica. Acaban de subir 8,4% su oferta inicial: de 475 a 515 peniques. Esto deja atrás los 500 propuestos por Tata Steel el mismo lunes. En octubre, su primera oferta era 455 peniques.

12 diciembre, 2006

La batalla arrecia, ya cerca del receso por fiestas. Primero fue Tata, que elevó su oferta a la cifra citada. Horas después, Companhia Siderúrgica Nacional, subió la suya a esos 515, mientras un medio paulista se preguntaba por qué en la bolsa de Londres no hablan en libras esterlinas (“quizá no sepan manejan decimales”).

La oferta de CSN valúa el paquete en el equivalente de US$ 9.600 millones. Pero, el martes, Tata admitió que estaba considerando una tercera propuesta. No obstante, el directorio de Corus –que inicialmente apoyaba la fusión con Tata- ha aprobado la oferta de CSN. En cuanto a los accionistas, han sido convocados a una asamblea extraordinaria para el 20 de este mes, donde se analizarán ambas propuestas.

Esta guerra tiene un componente relacionado con otra industria, la automotriz. Sucede que Tata Group tiene un emprendimiento conjunto con Fiat, pero en Argentina. Por supuesto, el acero es insumo clave para fabricar vehículos y el caso de Córdoba es apenas uno más en la alianza global entre Tata y Fiat.

Por el lado indio, la ola de fusiones y adquisiciones mezcla insumos industriales con hidrocarburos. Oil & Natural Gas ha perdido ya varias oportunidades, copadas por sus vecinos chinos, por yacimientos alrededor del mundo. En un esfuerzo para calmar las aguas, Delhi y Beijing han armado ofertas conjuntas para compartir campos petrolíferos o gasíferos.

No obstante, lo más factible –coinciden expertos occidentales- es una puja global entre India, China, Rusia, Brasil y, tal vez, Venezuela en poos de controlar fuentes de productos primarios, sobre todo combustibles fósiles, e industrias como la siderúrgica. Al respecto, cabe señalar que la mayor acería del planeta es Mittal Steel (controlada por una familia hindú, aunque radicada en Amsterdam para pagar menos impuestos).

El caso Corus forma parte de un fenómeno mucho más amplio. En noviembre, en una operación casi sigilosa, la rusa Yebraz Group compró la norteamericana Oregon Steel Mills por US$ 2.300 millones. Era la mayor toma moscovita de activos en Estados Unidos y la segunda vez que una siderúrgica de ese origen adquiere una norteamericana.

Los procesos de F&A también se deben a que muchas grandes usuarias de acero (entre ellas, las automotrices) están levantando fábricas en varios puntos del mundo y precisan proveedores más eficientes en cumplir con órdenes internacionales. Pero algunos analistas suspicaces creen vislumbrar otra cosa: la larga decadencia de Detroit puede tentar a megasiderúrgicas para absorber automotrices en dificultades. En otra palabras, se daría vuelta una historia que pasa del siglo.

Corus es un caso distinto. Sin acceso a mineral de hierro cercano, tiene altos costos laborales o jubilatorios (la excusa que adoran los mercados especulativos), aunque el motivo real sea que muchas plantas británicas son anticuadas. Su centro tecnológicamente más avanzado está en Holanda. Por otro lado, CG es una de la últimas acerías independientes del planeta.

La batalla arrecia, ya cerca del receso por fiestas. Primero fue Tata, que elevó su oferta a la cifra citada. Horas después, Companhia Siderúrgica Nacional, subió la suya a esos 515, mientras un medio paulista se preguntaba por qué en la bolsa de Londres no hablan en libras esterlinas (“quizá no sepan manejan decimales”).

La oferta de CSN valúa el paquete en el equivalente de US$ 9.600 millones. Pero, el martes, Tata admitió que estaba considerando una tercera propuesta. No obstante, el directorio de Corus –que inicialmente apoyaba la fusión con Tata- ha aprobado la oferta de CSN. En cuanto a los accionistas, han sido convocados a una asamblea extraordinaria para el 20 de este mes, donde se analizarán ambas propuestas.

Esta guerra tiene un componente relacionado con otra industria, la automotriz. Sucede que Tata Group tiene un emprendimiento conjunto con Fiat, pero en Argentina. Por supuesto, el acero es insumo clave para fabricar vehículos y el caso de Córdoba es apenas uno más en la alianza global entre Tata y Fiat.

Por el lado indio, la ola de fusiones y adquisiciones mezcla insumos industriales con hidrocarburos. Oil & Natural Gas ha perdido ya varias oportunidades, copadas por sus vecinos chinos, por yacimientos alrededor del mundo. En un esfuerzo para calmar las aguas, Delhi y Beijing han armado ofertas conjuntas para compartir campos petrolíferos o gasíferos.

No obstante, lo más factible –coinciden expertos occidentales- es una puja global entre India, China, Rusia, Brasil y, tal vez, Venezuela en poos de controlar fuentes de productos primarios, sobre todo combustibles fósiles, e industrias como la siderúrgica. Al respecto, cabe señalar que la mayor acería del planeta es Mittal Steel (controlada por una familia hindú, aunque radicada en Amsterdam para pagar menos impuestos).

El caso Corus forma parte de un fenómeno mucho más amplio. En noviembre, en una operación casi sigilosa, la rusa Yebraz Group compró la norteamericana Oregon Steel Mills por US$ 2.300 millones. Era la mayor toma moscovita de activos en Estados Unidos y la segunda vez que una siderúrgica de ese origen adquiere una norteamericana.

Los procesos de F&A también se deben a que muchas grandes usuarias de acero (entre ellas, las automotrices) están levantando fábricas en varios puntos del mundo y precisan proveedores más eficientes en cumplir con órdenes internacionales. Pero algunos analistas suspicaces creen vislumbrar otra cosa: la larga decadencia de Detroit puede tentar a megasiderúrgicas para absorber automotrices en dificultades. En otra palabras, se daría vuelta una historia que pasa del siglo.

Corus es un caso distinto. Sin acceso a mineral de hierro cercano, tiene altos costos laborales o jubilatorios (la excusa que adoran los mercados especulativos), aunque el motivo real sea que muchas plantas británicas son anticuadas. Su centro tecnológicamente más avanzado está en Holanda. Por otro lado, CG es una de la últimas acerías independientes del planeta.

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