Colaninno presentará otro plan para mantener Fiat Auto italiana

Tras el rechazo del “plan Colaninno” original por bancos acreedores y el propio Umberto Agnelli, una versión más cauta hizo subir 9,6% las acciones de Fiat. Pero, desde Detroit, General Motors aclaró que no habían recibido propuesta alguna.

3 enero, 2003

“Trama de indiscreciones, medias palabras y esquemas sin sustento financiero”, llama el Corriere della Sera a la seguidilla de propuestas, rechazos y contrapropuestas sobre el destino de Fiat Auto y Fiat SpA, iniciada por Roberto Colaninno poco antes de fin de año. Medios bursátiles de Milán y Nueva York se han puesto de parte de Colaninno, es decir de Silvio Berlusconi, quizá por la influencia de Lehman Brothers, cuya filial LB Europe aportaría ingeniería financiera al plan.

Ayer, Colaninno, ex CEO de Olivetti y Telecom Italia, restaba importancia al desmentido de Agnelli y a la oposición de los bancos acreedores, apoyados desde el Banco Central Europeo y la Comisión Europea. Los operadores de la nueva propuesta anunciaron en Turís que la semana próxima comenzarán los contactos formales, con vistas a una programas por € 8.000 millones para “rescatar Fiat Auto y mantenerla italiana”. Existe un plazo: el 24 de este mismo mes se hace la asamblea de Giovanni Agnelli e Cia., “caja fuerte” de la familiar que controla el grupo Fiat vía los holdings IFI e IFIL (cuyo presidente es hoy Umberto).

A criterio de analistas británicos y suizos, la clave reside en (a) los principales bancos acreedores, (b) los Agnelli, (c) GM (tiene 20% en Fiat Auto y opción para tomar el resto). Sugestivalmente, el CEO de Fiat SpA, Paolo Fresco –hombre de Umberto y de los bancos, salvo Mediobanca-, no ha dicho una palabra sobre el asunto.

“Si esto no es una toma hostil, se le parece bastante”, comentaba el Financial Times. “A primera vista –señalaba el Zürcher Zeitung-, tiene visos de una compra apalancada, pues € 7.000 de los 8.000 millones requeridos por el plan saldrían de fondos obtenidos por ventas de activos. Pero el convenio de mayo con los acreedores determina que esos ingresos se usen para recortar deudas existentes”.

En cuanto a los restantes mil millones, Colaninno los “aportaría” vendiendo Toro y Avio, dos firmas del holding. No obstante, algunos expertos italianos no creen que esa operación rinda más de € 700 millones. Tampoco está claro el papel que cumpliría Colaninno si su esquema fuese aprobado. Ni cuál sería la reacción de Richard Wagoner, CEO de GM.

“Trama de indiscreciones, medias palabras y esquemas sin sustento financiero”, llama el Corriere della Sera a la seguidilla de propuestas, rechazos y contrapropuestas sobre el destino de Fiat Auto y Fiat SpA, iniciada por Roberto Colaninno poco antes de fin de año. Medios bursátiles de Milán y Nueva York se han puesto de parte de Colaninno, es decir de Silvio Berlusconi, quizá por la influencia de Lehman Brothers, cuya filial LB Europe aportaría ingeniería financiera al plan.

Ayer, Colaninno, ex CEO de Olivetti y Telecom Italia, restaba importancia al desmentido de Agnelli y a la oposición de los bancos acreedores, apoyados desde el Banco Central Europeo y la Comisión Europea. Los operadores de la nueva propuesta anunciaron en Turís que la semana próxima comenzarán los contactos formales, con vistas a una programas por € 8.000 millones para “rescatar Fiat Auto y mantenerla italiana”. Existe un plazo: el 24 de este mismo mes se hace la asamblea de Giovanni Agnelli e Cia., “caja fuerte” de la familiar que controla el grupo Fiat vía los holdings IFI e IFIL (cuyo presidente es hoy Umberto).

A criterio de analistas británicos y suizos, la clave reside en (a) los principales bancos acreedores, (b) los Agnelli, (c) GM (tiene 20% en Fiat Auto y opción para tomar el resto). Sugestivalmente, el CEO de Fiat SpA, Paolo Fresco –hombre de Umberto y de los bancos, salvo Mediobanca-, no ha dicho una palabra sobre el asunto.

“Si esto no es una toma hostil, se le parece bastante”, comentaba el Financial Times. “A primera vista –señalaba el Zürcher Zeitung-, tiene visos de una compra apalancada, pues € 7.000 de los 8.000 millones requeridos por el plan saldrían de fondos obtenidos por ventas de activos. Pero el convenio de mayo con los acreedores determina que esos ingresos se usen para recortar deudas existentes”.

En cuanto a los restantes mil millones, Colaninno los “aportaría” vendiendo Toro y Avio, dos firmas del holding. No obstante, algunos expertos italianos no creen que esa operación rinda más de € 700 millones. Tampoco está claro el papel que cumpliría Colaninno si su esquema fuese aprobado. Ni cuál sería la reacción de Richard Wagoner, CEO de GM.

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