Coca-Cola echó al presidente de la división concentrados

La mayor productora mundial de gaseosas despidió ayer al presidente a cargo de distribuir concentrados entre usuarios minoristas. El área está investigada por adulterar cifras de marketing en una promoción.

26 agosto, 2003

Thomas Moore, jefe de una de las principales divisiones desde 1999, fue velozmente substituido por Christopher Lowe, director ejecutivo para marketing. En esencia, la unidad que dirigía Moore vende jarabes concentrados a restaurante, bares y cadenas de comidas rápidas.

Casi un tercio de los ingresos en Estados Unidos corresponde a la división investigada. La Comisión de Valores (SEC) y fiscales federales están indagando la tergiversación de datos contables asociados a una campaña (2000) para incentivar a Burger King a que vendiese en sus locales Frozen Coke (Coca congelada).

Los costos y otros resultados financieros adulterados fueron revelados por Matthew Whitley, ex director financiero de la división concentrados. Whitley había iniciado a Coca-Cola dos demandas porque –sostienen sus abogados- se negaba a convalidar “ventas y utilidades infladas”.

“Éste es un efecto retroactivo del escándalo”, señalaba Thomas Pirko, de BevMark, una consultora británicas experta en la industria de alimentos y bebidas. “Hacía falta un chivo emisario”.

Thomas Moore, jefe de una de las principales divisiones desde 1999, fue velozmente substituido por Christopher Lowe, director ejecutivo para marketing. En esencia, la unidad que dirigía Moore vende jarabes concentrados a restaurante, bares y cadenas de comidas rápidas.

Casi un tercio de los ingresos en Estados Unidos corresponde a la división investigada. La Comisión de Valores (SEC) y fiscales federales están indagando la tergiversación de datos contables asociados a una campaña (2000) para incentivar a Burger King a que vendiese en sus locales Frozen Coke (Coca congelada).

Los costos y otros resultados financieros adulterados fueron revelados por Matthew Whitley, ex director financiero de la división concentrados. Whitley había iniciado a Coca-Cola dos demandas porque –sostienen sus abogados- se negaba a convalidar “ventas y utilidades infladas”.

“Éste es un efecto retroactivo del escándalo”, señalaba Thomas Pirko, de BevMark, una consultora británicas experta en la industria de alimentos y bebidas. “Hacía falta un chivo emisario”.

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