<p>Otro índice social, la popularidad del gobierno, viene deteriorándose desde hace meses. Tras el descenso de octubre (a 38%), repuntó algo en noviembre (a 39,6%). Luego, volvió a 38,2% (diciembre, enero) para bajar a 37,3% en febrero, marzo y abril, con similar proyección en mayo.<br />
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No obstante, el desbarranque debe computarse desde junio, cuando el partido Socialista logró apenas 38,9% y fue desbancado de la primera minoría por el partido Popular en el parlamento europeo. En verdad, el PP tiene escasas propuestas y padece de escándalos internos. Pero lo beneficia la ola derechizante que recorre Hungría, Eslovaquia, Italia, Bélgica, Polonia, Austria y otros países de la Unión Europea.<br />
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Por otra parte, los 4.600.000 desocupados encuentran a Zapatero en la presidencia europea de turno y los laboristas británicos van en vías de caer ante los conservadores, luego de trece años al timón. No sólo eso: después de la derrota en los comicios para el Europarlamento, los aprietos fiscales obligaron a subir impuestos (noviembre) y elevar por novena vez la edad para jubilarse (febrero).<br />
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En ese cuadro, a Zapatero sólo le queda apostar a que su oponente, Mariano Rajoy, siga con sus problemas hacia dentro del PP. Poco simpático y nada flexible, es tan mal visto por sus electores potenciales como el socialista por los suyos. Pero, como ironizaba Pío García Escudero, en el senado, el jefe del gobierno padece de “inmovilismo locuaz”. Algún izquierdista replicó con un juego de palabras: “García es el escudero de Pío X” dijo aludiendo al epónimo de la hermandad lefebvrista.</p>
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Zapatero: los españoles ya no creen en la vieja magia
Uno de cada dos electores teme a los efectos Grecia y Portugal. Entretanto, se ha licuado el consenso: 83% de encuestados por El País no se fía de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, 20,3% de desempleo remite al récord durante los gobiernos neofranquistas.