<p>No obstante, persisten algunas incertidumbres y, para Silvio Berlusconi –actual “premier”- el ex marxista D’Alema es mala palabra. Esto explica, en cambio, su aceptación entre puntales de la Unión Europea como Alemania, Francia, España, Suecia y la propia Gran Bretaña. En lo formal, el cargo en disputa es “canciller” de la UE por treinta meses renovables. Como en el caso germano, la función implica jefatura de gabinete.<br />
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Franco Frattini, ministro de relaciones exteriores y su colega de economía, Giulio Tremonti, respaldan a D’Alema. Cuando el actual presidente rotativo, el sueco Fredrik Reinfeldt, anuncie la fecha de la reunión extraordinaria del consejo (sucederá entre este miércoles y el jueves 19), la suerte estará echada.<br />
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En lo tocante a Milliband, nadie menos que el alemán Martin Schülz –jefe de la bancada socialdemócrata en el parlamento de Estrasburgo- se encargó de adelantar su desistimiento. Antes, el socialismo europeo (incluye los laboristas) se había dividido en torno de Blair. Un aceitado aparato de relaciones con los medios no logró neutralizar su actuación junto a George W.Bush. Inclusive haber tomado por buenas las mentiras de Richard Cheney y Donald Rumsfeld sobre arsenales nucleares en Bagdad.<br />
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Otra baja es la del primer ministro belga, Herman van Rompuy. Al parecer, siguió el camino de Jean-Claude Junker, un luxemburgués vinculado a paraísos fiscales, empezando por su pequeño país, satélite de Holanda y Bélgica.</p>
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¿Un político italiano presidirá la nueva UE?
La decisión se tomará en una cumbre chica, el 19. El favorito es Massimo DAlema, ex primer ministro en Italia. El deterioro laborista británico eliminó al canciller David Milliband. A Antony Blair lo descartó su papel en la invasión de Irak.