Un muerto y dos heridos dejó el paro
También hubo saqueos a supermercados. Fue la huelga más violenta desde el retorno a la democracia, hace 17 años. Por adhesión o por temor, el país quedó paralizado.
Mientras gobernantes y sindicalistas discutían sobre si la inactividad se debió a la adhesión voluntaria de los trabajadores o al temor a hechos de violencia, la huelga general que comenzó ayer (jueves 23), a mediodía, se cobró un muerto y dos heridos, y dio lugar a saqueos a supermercados, entre otros episodios violentos.
Fue, sin duda, la huelga más violenta desde el retorno de la Argentina a la democracia, en diciembre de 1983, y una de las que mayor efecto tuvo desde entonces.
Los principales dirigentes sindicales estimaron la inactividad en 98%. La cifra parece exagerada, puesto que la mayoría de los servicios públicos funcionó con servicios de emergencia y hasta operaron –con volúmenes muy reducidos– el Mercado de Hacienda de Liniers y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Sin embargo, el clima de paro fue evidente, a tal punto que en todo el país la jornada se asemejó a las de ciertos feriados, como el 25 de diciembre o el 1 de enero.
El clima de violencia se percibió desde el martes, cuando una empresa de taxis del barrio porteño de Paternal sufrió el incendio de un coche y la rotura de los vidrios de otros cuatro.
El miércoles hubo ataques a por lo menos 15 colectivos, uno de los cuales, perteneciente a la línea 12, fue incendiado en el barrio de Palermo.
Ayer, al mediodía, se formaron numerosos piquetes que cortaron los accesos a las principales ciudades del país, lo que generó trastornos incluso a quienes se retiraban de sus lugares de trabajo.
Anoche, en las afueras de la ciudad de Resistencia, en la provincia del Chaco, un huelguista (Ramón Molina, de 23 años) murió y otro fue herido al ser atacados a balazos por un hombre, furioso porque un piquete había cortado el tránsito en un puente.
En Rosario, en la provincia de Santa Fe, hoy se registraron saqueos a supermercados de la zona sur de la ciudad. Varios de los manifestantes tenían armas de fuego y hubo enfrentamientos con la policía, que dieron como saldo un comisario con heridas de bala.
También en la Plata y en Córdoba hubo hechos de violencia.
Por otra parte, el ministro del Interior, Federico Storani, informó esta tarde que al menos 34 personas habían sido detenidas por la Policía, acusadas de “actos de intimidación”.
El funcionario consideró, no obstante, que los cortes de rutas y calles registrados en algunos puntos del país fueron “problemas menores”.
Asimismo, Storani dijo que el Gobierno “no puede hacer una evaluación” del acatamiento a la huelga “cuando durante los dos días previos al comienzo del paro hubo múltiples actos de intimidación”, entre los que destacó los “ataques a un centenar de ómnibus y a taxis”.
El líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, dijo que “el Gobierno debería reflexionar y, el lunes, llamar a todos los sectores sociales para ver cómo salimos de esta situación entre todos”.
Y agregó: “Estamos dispuestos a un diálogo serio, porque si no cambiamos el modelo económico, no tenemos destino”.
Ni Moyano ni ningún otro dirigente sindical se refirió al muerto, a los heridos, a los saqueos o a los detenidos. Para todos, el paro transcurrió en forma pacífica.
El secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro, reclamó al Gobierno que “pare las medidas” que piensa tomar, ya que la huelga, a su juicio, le demostró que “no tiene consenso popular para hacerlo”.
De Gennaro exigió que se convoque a un “gabinete de emergencia” integrado por los principales sectores sociales, para buscar una salida a la crisis.
“Hoy, más que nunca, el que tiene la palabra es el presidente De la Rúa; es el que tiene que hablar y escuchar el mandato de nuestro pueblo, que no es otro que asumir la solución inmediata de los problemas”, agregó.
En tanto, el titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, advirtió que promoverá una marcha en los próximos días al Ministerio de Economía y qye convocará a un nuevo paro para diciembre en caso de que el Gobierno no satisfaga “el reclamo contra la política económica”.
Mientras gobernantes y sindicalistas discutían sobre si la inactividad se debió a la adhesión voluntaria de los trabajadores o al temor a hechos de violencia, la huelga general que comenzó ayer (jueves 23), a mediodía, se cobró un muerto y dos heridos, y dio lugar a saqueos a supermercados, entre otros episodios violentos.
Fue, sin duda, la huelga más violenta desde el retorno de la Argentina a la democracia, en diciembre de 1983, y una de las que mayor efecto tuvo desde entonces.
Los principales dirigentes sindicales estimaron la inactividad en 98%. La cifra parece exagerada, puesto que la mayoría de los servicios públicos funcionó con servicios de emergencia y hasta operaron –con volúmenes muy reducidos– el Mercado de Hacienda de Liniers y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Sin embargo, el clima de paro fue evidente, a tal punto que en todo el país la jornada se asemejó a las de ciertos feriados, como el 25 de diciembre o el 1 de enero.
El clima de violencia se percibió desde el martes, cuando una empresa de taxis del barrio porteño de Paternal sufrió el incendio de un coche y la rotura de los vidrios de otros cuatro.
El miércoles hubo ataques a por lo menos 15 colectivos, uno de los cuales, perteneciente a la línea 12, fue incendiado en el barrio de Palermo.
Ayer, al mediodía, se formaron numerosos piquetes que cortaron los accesos a las principales ciudades del país, lo que generó trastornos incluso a quienes se retiraban de sus lugares de trabajo.
Anoche, en las afueras de la ciudad de Resistencia, en la provincia del Chaco, un huelguista (Ramón Molina, de 23 años) murió y otro fue herido al ser atacados a balazos por un hombre, furioso porque un piquete había cortado el tránsito en un puente.
En Rosario, en la provincia de Santa Fe, hoy se registraron saqueos a supermercados de la zona sur de la ciudad. Varios de los manifestantes tenían armas de fuego y hubo enfrentamientos con la policía, que dieron como saldo un comisario con heridas de bala.
También en la Plata y en Córdoba hubo hechos de violencia.
Por otra parte, el ministro del Interior, Federico Storani, informó esta tarde que al menos 34 personas habían sido detenidas por la Policía, acusadas de “actos de intimidación”.
El funcionario consideró, no obstante, que los cortes de rutas y calles registrados en algunos puntos del país fueron “problemas menores”.
Asimismo, Storani dijo que el Gobierno “no puede hacer una evaluación” del acatamiento a la huelga “cuando durante los dos días previos al comienzo del paro hubo múltiples actos de intimidación”, entre los que destacó los “ataques a un centenar de ómnibus y a taxis”.
El líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, dijo que “el Gobierno debería reflexionar y, el lunes, llamar a todos los sectores sociales para ver cómo salimos de esta situación entre todos”.
Y agregó: “Estamos dispuestos a un diálogo serio, porque si no cambiamos el modelo económico, no tenemos destino”.
Ni Moyano ni ningún otro dirigente sindical se refirió al muerto, a los heridos, a los saqueos o a los detenidos. Para todos, el paro transcurrió en forma pacífica.
El secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro, reclamó al Gobierno que “pare las medidas” que piensa tomar, ya que la huelga, a su juicio, le demostró que “no tiene consenso popular para hacerlo”.
De Gennaro exigió que se convoque a un “gabinete de emergencia” integrado por los principales sectores sociales, para buscar una salida a la crisis.
“Hoy, más que nunca, el que tiene la palabra es el presidente De la Rúa; es el que tiene que hablar y escuchar el mandato de nuestro pueblo, que no es otro que asumir la solución inmediata de los problemas”, agregó.
En tanto, el titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, advirtió que promoverá una marcha en los próximos días al Ministerio de Economía y qye convocará a un nuevo paro para diciembre en caso de que el Gobierno no satisfaga “el reclamo contra la política económica”.
