<p>Este viernes, Carstens marcha a India para promover su candidatura. Un día antes, por la TV mexicana, sostuvo que “prolongar 66 años de control europeo transmitirá a la mayoría de miembros un mensaje claro: el Fondo Monetario Internacional es selectivo y privilegia a unos pocos países sobre el resto”.<br />
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Justamente hoy el FMI cierra la recepción de postulantes al cargo que debió declinar el francés Dominique Strauss-Kahn, derribado por un escándalo sexual. Mostrando diferencias de estilo, Christine Lagarde –también francesa- respondía preguntas desde el miércoles por Facebook y Twitter, tras visitar China e India. Irónicamente, ese mismo día Francia vedaba el uso público de ambos términos anglosajones.<br />
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La campaña de Carstens ha puesto de relieve viejos reclamos de naciones emergentes, en particular, latinoamericanas. Brasil, Argentina o Venezuela afirman que las políticas del FMI benefician a las potencias industriales -Estados Unidos, Francia, Canadá, Alemania- o financieras (Gran Bretaña. Holanda). Cuando no a los mercados especulativos.<br />
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“Supongamos que Lagarde gana. Probablemente haga una buena labor –señala el mexicano-, pero la entidad continuará sin cohesión ni transparencia. Ella misma lo ha admitido al resaltar que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, o sea 31% del voto-cuota en el FMI”. Sea como fuere, Carstens pronunciará en Washington, el lunes, una disertación a favor de “poner fin al acuerdo tácito entre EE.UU.-Canadá y la UE, que se reparten la conducción del Banco Mundial y el Fondo”. En cuanto a respaldo, Carstens cuenta con una docena de países latinoamericanos, pero sólo el suyo tiene voto. Esto refleja años de apoyo norteamericano a México.</p>
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Un mexicano pugna por dirigir el FMI
Para Agustín Carstens -banco central azteca-, el FMI perderá legitimidad si lo sigue conduciendo un europeo. Como no es favorito, apela a munición gruesa: insistir en el pacto de 1945 haría a los países emergentes dudar de sus recomendaciones.