Un joven provocó la muerte de una mujer y su hija por ir a 140 km/h

Mientras corría una picada en la avenida Cantilo, embistió a un auto en el que viajaban la menor de tres años y su madre. En el Senado hace tres años que se encuentra trabada una ley que aumenta las penas.

31 agosto, 1999

Sebastián Cabello, de 19 años, conducía ayer su cupé Honda Civic a más de 140 kilómetros por hora cuando embistió de atrás a un Renault 6 que iba por el carril derecho de la avenida Cantilo, en la Capital. Los dos ocupantes del auto embestido, una mujer de 39 años y su hija de tres, murieron carbonizadas, cuando estalló el tanque de nafta del vehículo. El accidente se produjo cerca de las 2.30 de ayer, un par de minutos después de que los policías vieron al coche conducido por Cabello pasar muy rápido por una esquina de Belgrano. Ante las señas de los oficiales, el joven no se detuvo y aumentó su velocidad: según los testigos, corría una picada junto a otro vehículo aún no identificado por la Policía. Cecilia González Carman y su hija Vanina Rosales fallecieron al instante: los bomberos que participaron del rescate de los cuerpos explicaron que el tanque estalló “por la violencia y el modo en que se produjo el impacto”. Mientras tanto, desde abril de 1997 duerme en los cajones del Senado un proyecto de ley que cuenta con media sanción de Diputados y que prevé un aumento en las penas para los autores de homicidios culposos y los conductores que causen muertes en accidentes de tránsito.
(Clarín, La Nación)

Sebastián Cabello, de 19 años, conducía ayer su cupé Honda Civic a más de 140 kilómetros por hora cuando embistió de atrás a un Renault 6 que iba por el carril derecho de la avenida Cantilo, en la Capital. Los dos ocupantes del auto embestido, una mujer de 39 años y su hija de tres, murieron carbonizadas, cuando estalló el tanque de nafta del vehículo. El accidente se produjo cerca de las 2.30 de ayer, un par de minutos después de que los policías vieron al coche conducido por Cabello pasar muy rápido por una esquina de Belgrano. Ante las señas de los oficiales, el joven no se detuvo y aumentó su velocidad: según los testigos, corría una picada junto a otro vehículo aún no identificado por la Policía. Cecilia González Carman y su hija Vanina Rosales fallecieron al instante: los bomberos que participaron del rescate de los cuerpos explicaron que el tanque estalló “por la violencia y el modo en que se produjo el impacto”. Mientras tanto, desde abril de 1997 duerme en los cajones del Senado un proyecto de ley que cuenta con media sanción de Diputados y que prevé un aumento en las penas para los autores de homicidios culposos y los conductores que causen muertes en accidentes de tránsito.
(Clarín, La Nación)

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